miércoles, 1 de marzo de 2017

Decadencia

Yadira Sandoval Rodríguez 


Guadalupe es una joven de piel clara, grandes ojos negros, y cabello rizado del mismo color; mide 1.60 centímetros y tiene un lunar en su pecho de matiz rojo, el cual hace resaltar con los escotes que utiliza para trabajar en la Avenida Juárez. Ella decidió ser prostituta para sufragar el costo de estudiar computación y así conseguir un empleo de secretaria. Su familia es humilde de un pueblo de Querétaro; hace tres años que llegó a Ciudad Juárez y empezó trabajando en una maquiladora de electrónicos con un sueldo a la semana de $560.28 pesos. Trabajo que veía como una pérdida de tiempo, hasta que un día se dijo así misma: «Nunca podré entrar a estudiar con este sueldo mediocre, si todo se me va en enviar dinero a mi casa, tendré que buscar otra opción». Es así, como se convirtió en una sexoservidora. Su familia no sabe nada de su nuevo trabajo, ellos piensan que continúa en la maquiladora.  

Guadalupe sale todas las noches rumbo a la Avenida Juárez, allí se encuentra la casa de citas; lleva puesto un vestido de color rojo, corto, con una abertura por la derecha, el cual deja ver coquetamente su muslo; en su pecho, el escote tipo “v” que se pronuncia hasta debajo de los senos. Ella cobra por cliente ciento cincuenta pesos la hora; en una noche suele tener siete clientes, dinero que utiliza para pagar: colegiaturas, clases de inglés, medicamentos para su mamá, comida, renta del departamento, ropa, agua y luz. Aún no quiere comprar carro, para no llamar la atención entre sus familiares y amistades. Ella piensa que si hace eso, la cuestionarían, y sus proyectos se vendrían abajo.   

Lo anterior, debido a que su papá murió en un accidente de auto, hecho que se sumó con el cáncer de seno, que le diagnosticaron a su madre hace cuatro años. Las circunstancias hicieron que un día Guadalupe tomara la decisión de decirle a su mamá que había encontrado trabajo en Ciudad Juárez. La mamá la dejó ir bendiciéndola y dándole señas del domicilio de una de sus comadres que vive allí, con el fin de que la visitara para que no estuviera sola por aquellos rumbos.

Ciudad Juárez es una ciudad de México situada en el norte del país, en el estado de Chihuahua, a orillas del río Bravo; frontera con Estados Unidos. Cuenta con una población de 1,321,004 habitantes, es la octava zona metropolitana más grande de México. En años recientes se desató una ola de violencia causada, por el narcotráfico, aunado a la serie de asesinatos a mujeres que llegan de distintos lugares del país a trabajar en las maquiladoras, en busca de mejores sueldos. Lo que la convirtió en la ciudad más peligrosa del mundo.

«Se dice por allí que andan asesinando a jóvenes no te vayas con los clientes más allá de la zona de tolerancia, cuídate mucho, Guadalupe». Una prostituta le da instrucciones a ella. Guadalupe no hizo caso del mensaje. Lo que quiero yo es terminar dentro de poco el curso de computación e inmediatamente solicitar trabajo en alguna oficina. Estudiando inglés, aunado a mis conocimientos de cómputo puedo conseguir un mejor empleo. ¿Qué tan difícil será entrar a estudiar a la universidad? Me daré una vuelta por allí para preguntar cuánto sale una carrera, estaría bien estudiar algo. En su cabeza esas ideas la acompañaban adonde fuera. Solo tengo que aguantar un poco más esta chamba. Creo que llevo suficiente dinero ahorrado, mañana pasaré al banco a depositar lo que gane esta noche, y checaré mi estado de cuenta.

Guadalupe espera a un cliente en el bar el Kentucky, unos de los bares más representativos de la Ciudad Juárez, desde 1920. El techo es alto está sostenido con vigas de madera, de él cuelgan unos candelabros con lámparas, más que aluzar, recrean el ambiente nostálgico de aquella época. La barra es muy parecida al estilo de una cantina del viejo oeste, atrás de ella hay un mueble de madera finamente tallado con espejos, en este están los vasos de cristal, las copas, las botellas y todo lo necesario para preparar las bebidas, entre el pasillo las hieleras de cervezas. Debajo de la barra se encuentra un canal decorado con azulejo, pegado a la barra, donde los hombres en tiempos atrás la utilizaban para orinar en vez de ir al baño. Por la tarde los parroquianos de la ciudad llegan para tomar sus cervezas bien heladas, así como los turistas, estos últimos en busca de la leyenda urbana, Al Capone, el traficante de alcohol más peligroso en la historia de Estados Unidos y por cuestiones de negocios llegó a visitar ese lugar. La joven se encuentra sentada en una silla frente a una mesa en un rincón del bar, son las siete de la tarde, la música aún suena despacio, trae puesto su vestido rojo, al mismo tiempo le envía un mensaje a su mamá deseándole un bonito fin de semana. Su mamá le aconseja que se cuide mucho, le dice que la quiere, y que está muy orgullosa de ella. A Guadalupe se le corren las lágrimas por su rostro, besa la pantalla del celular, se dice a sí misma: quiero estar en casa; en eso siente la mirada de una señora de edad avanzada que la observa, luego se voltea y le dice:

—¿Qué me ve? ¿Se le perdió algo, señora?

—Estoy mirando tu vestido, y me das lástima —la anciana contesta.

Guadalupe se voltea a verse a sí misma con actitud sarcástica y responde:

—¿Y usted quién es para decirme cómo debo vestir? 

En eso el cantinero saluda a la mujer mayor y le dice:

—¿Cómo está Rosario? ¿Por acá de nuevo? ¿Sus recuerdos no la dejan retirarse de su viejo oficio?

—¡Cabrón! —le contesta la anciana.

—Usted ya no va a conseguir nada, mejor deje que otras muchachas hagan su trabajo —cariñosamente responde el cantinero.

La mujer joven se queda observando al trabajador del bar, este le dice:

—Ella te puede enseñar muchas cosas. —Y le cierra el ojo.

Continúa la anciana:

—Ustedes son unas tontas, no tienen ni tendrán la elegancia que tuvimos nosotras.  

Guadalupe se le queda mirando, y se suelta riendo, a la vez le dice:

—Mejor deje de mirarme…

—Mire, señorita, yo llegué a cobrar cien dólares en aquel entonces, y tú… me imagino que unos miserables cien pesos —le dice la anciana.

—No, ciento cincuenta pesos, para que esté mejor informada —contesta Guadalupe.

—Ja,ja,ja,ja,ja,ja… —Suelta la carcajada la anciana—. Pobre niña, ustedes son unas esclavas del sistema, Ciudad Juárez, no es el mismo de la belle époque.

¿What? —Burlonamente le contesta Guadalupe.

—La época de oro, ignorante. Esos sí fueron unos bellos años —dijo la anciana.

Se queda seria la chica, en eso voltea y mira una caja registradora de aquel tiempo, el bar las tiene como decoración.

—Me han comentado, que este lugar fue muy importante en esos tiempos —dice Guadalupe.

—Así es, muchacha. Ciudad Juárez fue un lugar de gran esplendor, de aquí salió la idea de Las Vegas—. Son unos usurpadores… —dice la anciana.

Guadalupe, se queda dudando.

—Esa cara de duda no me gusta, muchacha, a todo esto, ¿Cómo te llamas? —le dice la anciana.

—Mi nombre es Guadalupe, señora —dice ella.

—Guadalupe, mmm… recuerdo que había una muchacha con ese nombre que trabajaba en uno de los cabarets de aquí, se llamaba el Tívoli… qué recuerdos.

—No la escucho, me puede repetir —dice Guadalupe.

—Pues, límpiate los oídos —dice la anciana—. Te decía, muchacha tonta… desde los años veinte, la Avenida Juárez estaba llena de cabarets. Yo nací en 1945 en esta misma calle… Esta ciudad era visitada por muchas personalidades famosas, debido a la ley seca que existió en Estados Unidos. Las estrellas de Hollywood pisaron las calles por donde tú transitas con ese vestido feo que traes. Todo se ha perdido… Nosotras mostrábamos nuestros cuerpos, por placer; hoy por una necesidad absurda y decadente. Nuestros clientes nos buscaban para platicar, eran tiempos de crisis económica. A veces solo nos pagaban para que los escucháramos, nosotras encantadas, mientras nos dieran el billete. Había uno que otro que se malpasaba… canijos… algunas experiencias fuertes, como todo, una vez alguien trató de golpearme, nada más porque le cobré más, andaba bien borracho… pero los mandábamos a chingar, ya que rápidamente conseguíamos nuevos parroquianos. Llegaba mucho gringo de Fort Bliss, eran soldados que venían a quedarse por largas temporadas allí. Para ellos era fácil pasar la frontera, y para uno también, en aquel tiempo no había tantas restricciones como ahora. Como te decía… Ciudad Juárez era Las Vegas de aquel entonces. Las luces, los carros, la vestimenta, puro glamour, chamaca, no era… —la anciana, la mira de pies a cabeza— lo vulgar que veo hoy por todas partes… En estas calles se miraba a Marilyn Monroe, Elizabeth Taylor entre otras, yo era más guapa que las dos, mi condena fue quedarme aquí. De hecho, tengo el autógrafo de una de ellas…es de Marilyn, me parece… en un guante blanco, recuerdo esa escena, ella iba saliendo de un cabaret y yo transitaba por la avenida con uno de mis amantes, en eso, me lo quite rápido y la abordé. Por allí lo tengo. Recuerdo que me dijo: «Qué bonito eres, girl» y se volteó a ver a su acompañante para que lo corroborara. El fulano me vio y me entregó una tarjeta…

La anciana se queda mirando la barra de caoba color marrón que tiene el bar, Guadalupe la sigue con la mirada, y el cantinero las mira.  

—Allí, un soldado americano me declaró su amor —dice la anciana. En el bar empieza a escucharse música del género foxtrot. La mujer mayor empieza a moverse al ritmo de la música.

—¿Qué pasó con ese soldado? —pregunta Guadalupe.

—Murió en la guerra… —contesta la anciana.

Guadalupe se queda seria.

—¿En qué me quedé, chamaca? Oh, sí… Mi madre fue bailarina de Cabaret, era hermosa, tenía bellas curvas y bello rostro. Agustín Lara la pretendía, al igual John Wayne y el boxeador, Archie More. Todos la amaban, pero un día la encontraron asesinada en su camerino, después de presentar el último show de la noche. Yo tenía ocho años… estaba asustada… me recogió una amiga de ella, quien también era bailarina. A mí no se me dio lo del baile, lo que sí, heredé el físico de mi mamá.

»Desde pequeña me gustó el dinero, y gozaba observar a los hombres llegar en sus carros, con sus sacos puestos, guantes y sombreros negros. Allí es donde decidí ser una prostituta... culta. ¿Cómo le dicen ahora a ustedes?, oh, sí, ¡sexoservidora! Qué cosa más tonta.

—¿Qué es eso de prostituta culta? —le pregunta, Guadalupe.

Continúa la anciana:

—Es alguien que disfruta mostrar su cuerpo al otro, para que admiren su belleza, aunado a una conversación interesante, después de hacerlo. El plus que manteníamos todas en aquel entonces… pura, decadencia… En aquella época los hombres eran interesantes, nos mantenían informadas de los problemas sociales, culturales, políticos y económicos. Nos tocaron las guerras y los movimientos sociales. Todo amante tenía algo que contar. Esa comunicación permitía que todas estuviéramos informadas de lo que estaba sucediendo en nuestro país y con los gringos. Algunas estudiaban o leían mientras no trabajaban. Todas estábamos emocionadas con lo que hacíamos, la moral estaba en un plano de apoyo mutuo, entre el dinero que ganábamos, las depresiones del cliente, y la información que obteníamos. Algunas compañeras, sacaron ventaja de eso, utilizaban esa información para pasarla a la CIA. Siempre habrá mujeres que ambicionan…—Sigue narrando la anciana—: «En los cabarets muchas personas se distraían de sus preocupaciones… Esto se sumó a la ley de Divorcio expedida en 1932, aquí venían de todos los lugares a casarse y divorciarse. En un instante se conseguía todo. Las actrices de México, también. María Félix fue una de ellas que se divorció de un soldado nazi o un judío rico... o algo así, mmm… no recuerdo bien esa historia… Marilyn Monroe se divorció por acá. Yo me casé con mi soldado pelos de oro, pero me lo mataron…».

La anciana lleva sus manos a la cara. Guadalupe trata de auxiliarla con el vaso de whisky que tiene enfrente. Le pide al cantinero que le traiga un vaso con agua. El bar empieza a llenarse de clientela, el humo de los cigarros empieza a concentrarse en el lugar.

Dice la anciana: «Todo se perdió… Ahora, Ciudad Juárez se convirtió en un basurero, no hay dignidad. Todos los asesinatos de mujeres… ustedes, ya no se visten para atraer y demostrar lo que son, les da igual, lo vulgar es eso. Hoy circula por estas avenidas mucho pendejo que no sabe nada y eso las vuelve a ustedes más tontas e ignorantes».

La anciana escupe hacia el suelo, y dice entre dientes: «Qué asco. ¡Ay, chamaca! En qué lugar viniste a caer… pobre de ti». Se le queda mirando a Guadalupe, con mirada de lástima. Después le dice: «Te buscan, muchacha».  

En eso llega un hombre, la saluda con mala cara. Guadalupe se despide, le da las gracias a la anciana.

Se suben los dos al auto y se dicen uno al otro:

—¿Cómo estás?

—¿A dónde vamos? —dice Guadalupe.

El cliente le menciona un lugar nuevo. Ella finge estar a gusto y lo complace: «Las normas son, no salir del área, pero si tienes un nuevo lugar, adelante, eres cliente conocido». Le da un beso en la mejilla, toma la mano de él y muy lentamente se la lleva a su pecho, hacia el lunar rojo.

A los lejos se ve un camión que utilizan las maquiladoras para transportar empleados a sus hogares. Guadalupe comenta su experiencia trabajando en una de esas fábricas:

—Te hacen trabajar como burro.

—¿Es por eso que elegiste la prostitución?  

—Así es, papacito, no me iba a quedar allí regalando mi tiempo.

En eso, los dos entran a una calle sin iluminación.

—¿En dónde estamos? —Guadalupe pregunta.

Él no contesta y continúa manejando.

—¿A dónde me llevas, cabrón?

Él voltea a verla y le dice: —Por allí, mamacita.

Guadalupe le ordena a él que pare el auto.

—Nos la vamos a pasar muy bien.

—No, me asuste. Dijo que iríamos a un lugar nuevo, pensé que a un hotel.

—A las chicas como tú, uno las lleva a donde queramos. ¡Invité a unos amigos a la fiesta que vamos a tener en unos minutos!

—¿Amigos? No hablaste de amigos.  

—Es una sorpresa.

Ella empieza a forzar la puerta del carro para salir corriendo; está asustada, grita, llora... En eso, el cliente hace alto, unos hombres se acercan, les dan la bienvenida. Los individuos abren la puerta, la toman de los brazos, le tapan la boca, ella trata de zafarse. Por último ellos ganan. Es así como desapareció Guadalupe.

2 comentarios:

  1. Lectura formidable. Ficción historica escrito de una manera que me hace querer seguur leyendo. Seguir aprendiendo y disfrutando. Espero ver mucho mas. Muy pronto.

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  2. Lectura formidable. Ficción historica escrito de una manera que me hace querer seguur leyendo. Seguir aprendiendo y disfrutando. Espero ver mucho mas. Muy pronto.

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