martes, 7 de marzo de 2017

Buscando un mundo diferente

Horacio Vargas Murga

El equipo de guardia se sobresaltó al ver ingresar por la puerta de emergencia, a un señor que sangraba por la boca, sostenido a duras penas por una mujer que gritaba pidiendo ayuda. Sus gritos se escucharon en diferentes lugares del gran hospital, en donde decenas de pacientes realizaban largas colas esperando ser atendidos. Inmediatamente dos técnicos de enfermería lo colocaron en una camilla y lo condujeron al ambiente de los pacientes críticos, donde un médico alto, delgado y de cabello entrecano, fue tomándole las funciones vitales y una enfermera de baja estatura, robusta y de melena ensortijada, canalizaba una vía endovenosa para colocar un frasco con cloruro de sodio. El paciente, pálido y frío, estaba inerte en la camilla. El miedo y la incertidumbre eran percibidos en el ambiente, tanto como el alcohol y el agua oxigenada.
Su presión arterial está muy baja, necesitamos urgente trasfundir un paquete globular dijo el médico de turno alarmado.   

—¿Se salvará mi esposo, doctor? Creo que su úlcera ha reventado manifestó la mujer, muy preocupada.

No lo sé, señora, su estado es crítico, haremos todo lo posible para salvarlo.

Un técnico de laboratorio extrajo del paciente una muestra de sangre, para cumplir con los análisis solicitados. A los pocos minutos enviaron la bolsa con el paquete globular, que fue transfundido de inmediato, mientras el frasco con cloruro de sodio goteaba con gran velocidad. El paciente permanecía postrado sobre la camilla, sin abrir los ojos, completamente pálido y su mujer lloraba a su lado, mientras le cogía una de las manos, que se encontraba reseca y rugosa. La señora sudaba copiosamente y de su frente cayeron algunas gotas sobre sus labios, llegando a sentir aquel sabor salado que terminó convirtiéndose en amargo.
Con sorpresa llegaron a ver cómo se abría un agujero en la pared, a través del cual, ingresaba un líquido vinoso, muy similar al líquido donde ellos habitaban. Este fluido entraba en forma continua con cierta lentitud. Sumergidos en este fluido, también aparecieron unos seres en forma de discos bicóncavos, de color rojo, con una zona periférica más coloreada y una zona central clara.
Mira, Ricardo, son similares a nosotros dijo Eduardo al ver a estos nuevos personajes. 

Sí, hermano, parece que vienen de algún lugar desconocido.

Se acercaron a conversar con los foráneos. Ellos les contaron que vivían en un lugar similar, pero se abrió un agujero en la pared y fueron aspirados al exterior, donde había mucha claridad y no distinguían bien lo que pasaba. Posteriormente, recuerdan haber estado en otra zona de paredes transparentes y luego en otra más grande donde todo estaba oscuro. A veces, cuando esta se abría, nuevamente todo lo exterior se ponía muy claro. Finalmente fueron aspirados a través de un tubo largo y delgado y aparecieron en este nuevo lugar.
Es fabuloso, hermano, yo también quisiera salir de aquí y conocer un mundo diferente, saber cómo son las cosas en el exterior dijo Eduardo entusiasmado.

No es conveniente, no sabemos qué peligros habrán fuera de aquí. Últimamente he visto agujeros que se han abierto en la pared y por donde muchos de los nuestros han sido aspirados. No hemos vuelto a saber más de ellos. Quizás estén sufriendo en un lugar desconocido o quizás ni siquiera estén con vida afirmó Ricardo.

Hermano, yo quiero conocer otros lugares, aquí estoy aburrido, siempre nadando sobre este líquido detestable, sin hacer nada nuevo. Mis amigos sienten lo mismo.

No, Eduardo, puede ser muy peligroso, recuerda que nuestro hermano Diego también fue aspirado y no hemos sabido nada de él.

Con mayor razón, Ricardo. Saliendo de aquí podemos ir a buscarlo.

Ricardo sintió una gran tristeza y a la vez una ligera esperanza.
Déjame pensarlo, hermano, déjame pensarlo.
Al lugar de los hechos llegaron algunos más, informando que en otro lugar, un tiempo antes, se abrió un agujero grande en la pared, por donde un grupo numeroso de conocidos, fueron aspirados al exterior en forma súbita y a gran velocidad. Igualmente, en un lugar distinto, se abrió también un agujero en la pared, donde fueron aspirados un número mucho menor de conocidos.
Es curioso que algunos agujeros aspiren a conocidos y otros nos traigan foráneos a nuestro lugar comentó Ricardo.

Tienes razón hermano, por eso mismo, debemos salir al exterior para averiguarlo dijo Eduardo.

Eduardo estaba cansado de su vida rutinaria, siempre en movimiento, sumergido en el líquido vinoso, recorriendo de manera permanente los mismos lugares, tubos a veces anchos y otras veces estrechos. Los había recorrido tantas veces que ya se los sabía de memoria. No tenía que hacer mucho esfuerzo para desplazarse, siempre era empujado por el líquido vinoso, que a veces iba lento y otras rápido. Lo que no le gustaba nada, era cuando aumentaba la presión del fluido, generando que se golpeara contra la pared del tubo. Cada vez que esto ocurría, gritaba una grosería. Ricardo no podía contener la risa al verlo, lo que aumentaba más su cólera.
Junto con ellos también circulaban unos personajes de características similares, pero de color blanco. Igualmente, había otros personajes pequeños, medio deformes, que parecían partidos. Casi no podían conversar con ninguno de ellos, siempre estaban todo el día ocupados. Los personajes blancos aceleraban su movimiento cuando aparecía un ser extraño e inmediatamente lo neutralizaban y los personajes pequeños aceleraban cada vez que aparecía una abertura en alguna pared para cerrarla. Eduardo envidiaba la vida de estos cohabitantes y detestaba no poder hacer las cosas que ellos hacían. Ricardo por el contrario, se sentía contento con su vida tranquila, sin mayores problemas. Le decía a su hermano que debería estar agradecido por tener una vida sin riesgos.
Llegó el resultado del análisis de sangre que se tomó previo a la transfusión. La hemoglobina estaba en 7 gr/dl. El paciente comenzaba a abrir los ojos con cierta dificultad, su presión arterial había subido de 60/40 mmHg a 90/60 mmHg, y sus latidos habían descendido de 140 por minuto a 110 por minuto. Se mostraba menos pálido. Su mujer se alegró y le acarició la mano rugosa, que sintió menos reseca que antes.
Tiene anemia severa, esperemos que con la transfusión se obtenga un ascenso importante de la hemoglobina. La presión arterial y la frecuencia cardiaca han mejorado, aunque están todavía en valores anormales. El paciente está evolucionando bien, pero aún sale sangre por la sonda nasogástrica. Espero que sea sangre residual dijo uno de los médicos de guardia.

Es muy prematuro para decir que ha salido de peligro comentó el otro médico que lo acompañaba.

Necesitamos un control de hemoglobina, para ver cuánto ha mejorado mencionó el médico de guardia anterior, mientras llenaba la orden de laboratorio.

Nuevamente se abrió un agujero en la pared y muchos personajes conocidos fueron absorbidos al exterior.
Este agujero es parecido al otro que se abrió antes afirmó Eduardo.

Es verdad, siempre los agujeros se abren en lugares cercanos comentó Ricardo.

Si es así como dices, podemos estar pendientes en forma permanente, por donde suelen abrirse los agujeros que aspiran, para poder salir en cualquier momento replicó Eduardo.

¿Estás seguro de lo que estás diciendo? Puede ser peligroso mencionó Ricardo.

Nunca he estado seguro de algo como ahora, me muero por conocer cómo es afuera y además quiero reencontrarme con mi hermano insistió Eduardo.

Bueno, te acompaño, pero te juro que tengo algo de miedo afirmó Ricardo.

Yo también, pero esta aventura es mayor que mi miedo. El que no arriesga, no triunfa dijo Eduardo.

En un momento inesperado, el paciente presentó un sangrado masivo y luego un paro cardiorrespiratorio. El equipo de guardia entró en gran tensión. Los médicos empezaron a realizar las maniobras de resucitación, pero el paciente no respondía. Uno de ellos tuvo que emplear el desfibrilador, con lo cual el paciente recuperó los latidos y la respiración. Fue trasladado inmediatamente a la unidad de cuidados intensivos. Un nudo en la garganta fue instalándose en todo el equipo de guardia.
Se ha salvado por poco comentó uno de los médicos.

Ojalá no vuelva a tener otro sangrado, lo más probable es que termine ingresando a sala de operaciones para cerrar esa úlcera comentó el otro.

Se abrió un agujero grande que comprometió la pared en una zona muy distante a la que estaban Ricardo y Eduardo. Una gran cantidad de personajes conocidos fueron aspirados al exterior.
Maldición, el agujero se abrió por otro lado y salieron muchos, perdimos esta gran oportunidad dijo con cólera Eduardo.

Me contaron que hace poco, también se abrió un agujero en esa misma zona, pero no fue tan grande como este comentó Ricardo.

Entonces hermano, no nos queda otra cosa que dividirnos, uno esperará en el lugar donde se abren los agujeros pequeños y el otro donde se abren los agujeros grandes manifestó Eduardo.

Tendrá que ser así hermano, yo me ubicaré en el territorio por donde se abre el agujero pequeño y tú por donde se abre el agujero grande, para que tengas más posibilidad de salir primero dijo Ricardo.

Gracias hermano, el primero que logre salir buscará a Diego y juntos encontraremos la forma de sacar al que se quede de nosotros manifestó Eduardo.

El paciente se encuentra en cuidados intensivos conectado a un monitor. Lleva puesta una sonda nasogástrica, una sonda Foley para evacuar la orina y una vía endovenosa central. Sus signos vitales aún no se estabilizan. Su mujer llora en la sala de espera, su cabello canoso resalta entre las personas que están a su alrededor. Se limpia los ojos y siente sus párpados hinchados,  así como la piel arrugada y frágil de su rostro. Esta vez la acompaña su hijo, triste, pero sereno; quien la abraza consolándola.
Ha perdido mucha sangre, hay que transfundirlo inmediatamente menciona uno de los médicos de cuidados intensivos.

Mientras traen las bolsas con paquetes globulares, hay que pedir exámenes de laboratorio, para ver sobre todo cómo está la hemoglobina dice el otro médico que lo acompaña.

Un agujero pequeño se abre en la pared y Ricardo es absorbido junto con otros personajes conocidos. Le comunican a Eduardo lo sucedido con su hermano. Siente a la vez alegría y pena.
Ojalá Ricardo pueda contactar a Diego y luego me ayude a salir de aquí. Estaré pendiente de lo que suceda dice con satisfacción Eduardo.

Es una posibilidad muy remota. Los que han salido de aquí nunca más han regresado comenta su amigo Pedro.

—¡Cállate!, no seas pesimista, mis hermanos vendrán por mí manifestó Eduardo molesto.

Mientras tanto, Ricardo y los demás que habían sido aspirados, se encontraban en un tubo largo y transparente. Pudieron percibir con cierta dificultad, la claridad de la que habían escuchado hablar. Luego pasaron por diversos aparatos desconocidos y finalmente fueron desechados en un frasco, rumbo a ser tirados a la basura.
Llega el resultado del siguiente análisis de sangre. La hemoglobina está en 6.5 gr/dl. Los médicos de cuidados intensivos miran el resultado con desagrado.
Continúa con una anemia severa. Este paciente es una bomba de tiempo, ojalá podamos sacarlo de peligro dice uno de los médicos.

Ya llegaron los paquetes globulares. Esta vez han tardado más de la cuenta. Hay que comenzar la transfusión de inmediato refiere otro de los médicos.

Un agujero pequeño se abre en la pared e ingresan nuevos personajes. Vienen de un lugar diferente al que provienen los otros foráneos, pero con un hábitat similar. Conocidos y foráneos entablan un largo diálogo y especulan sobre la posibilidad de la existencia de mundos diferentescon características semejantes.
Cuando observé que se abrió el agujero, me acerqué para ser succionado para afuera y me cayó un chorro fuerte de líquido vinoso con ustedes encima. No sé por qué en ocasiones nos succionan y en otras ingresan foráneos que se parecen mucho a nosotros comenta Eduardo.

A nosotros nos ha pasado lo mismo. Fuimos succionados de nuestro lugar de origen y ahora estamos en el lugar de ustedes, sin saber cómo ni por qué contesta uno de los foráneos.

—¿Han visto a mis hermanos Ricardo y Diego? pregunta Eduardo.

No los conocemos. Todo el tiempo que hemos estado afuera, no hemos tenido contacto con nadie más que con nosotros mismos contestó el foráneo.

Eduardo se quedó triste, pero mantuvo la esperanza de salir y encontrar a sus hermanos. Pensó que era cuestión de saber buscar.
El paciente vuelve a presentar nuevamente un sangrado masivo y luego un paro cardiorrespiratorio. Los médicos realizan las maniobras de resucitación sin ningún efecto. Uno de ellos usa el desfibrilador en varias oportunidades sin conseguir resultados.
Es una lástima, hicimos todo lo que pudimos, pero finalmente falleció dijo uno de los médicos apesadumbrado.

Así es el destino colega, algunas veces podemos salvar vidas y otras veces no. Tenemos que avisarle a la familia. Es una situación triste y desagradable refirió otro de los médicos.

Un agujero enorme que comprometió una gran extensión de la pared, se abrió cerca del último agujero grande. Eduardo fue aspirado al exterior junto con otros personajes conocidos. En el trayecto, Eduardo se sintió asustado, pero con la ilusión de encontrar un mundo diferente y también a sus hermanos que habían salido antes. Una vez en el exterior, la intensa claridad le nubló la visión y apenas pudo conversar con sus conocidos que también experimentaban lo mismo. Pasó el tiempo y sintió que ya no podía respirar y que sus fuerzas iban decayendo. No pudo hablar ni escuchar las voces de sus compañeros. Una sensación de miedo intenso invadió todo su organismo. Recordó las palabras de su amigo Pedro al decir que los que salían ya no regresaban. Emitió un grito tenue de desesperación y expiró al igual que sus compañeros.

El personal técnico, retira la ropa ensangrentada del cuerpo del paciente fallecido y luego cubre al occiso con una sábana blanca y larga. Sienten la rigidez y dureza del cadáver. Uno de los médicos informa sobre la mala noticia a los familiares, que estallan en llantos y gritos de impotencia. En la calle, se observa una lluvia persistente y algunos charcos de agua sucia sobre la pista, fluyen como la sangre donde alguna vez vivieron Eduardo, sus hermanos y sus compañeros.

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