jueves, 22 de marzo de 2012

El verdadero secreto

Julio Chang Lam 


Hans Schmidt, es un joven y talentoso ejecutivo de una corporación internacional dedicado a tareas de evaluación, selección y reclutamiento de personal;  su preparación en gestión de recursos humanos la aplica eficientemente con sus conocimientos de psicología organizacional.

Sus padres son prósperos empresarios de origen alemán que vinieron a radicar al Perú después de la segunda guerra mundial; Hans quiere  mucho a sus padres, confía en ellos, conversan de temas familiares y sociales así como de política de actualidad. Por su formación profesional, se da cuenta cuando alguien trata de pasar por alto algún tema, o desea ocultar algo; tiene alta capacidad para detectar gestos y expresiones que revelan aspectos que no son explícitos a primera vista. Por ello, se había percatado que sus padres muy poco tocaban aspectos sobre su pasado en la Europa de los años treinta y cuarenta, sólo le decían que  fueron agricultores en Baviera y que  sufrieron mucho durante la segunda guerra mundial, antes de venir al Perú a iniciar una nueva vida adonde vinieron apenas terminó esa terrible conflagración.

Hans observaba que su padre en su amplia biblioteca y estudio, gustaba de sacar de  un  cofre  algunos  pequeños objetos, que parecían ser muy antiguos a los que miraba  con evidente nostalgia y cariño.  Entre esos recuerdos destacaba  una hermosa cruz de hierro, así como unas fotos ya amarillentas por el tiempo; en ellas aparecía  su padre vistiendo un elegante uniforme militar negro, con adornos dorados. Notaba el especial  interés y concentración de su padre cuando leía  una obra escrita en alemán que se llamaba “Mein Kampf” (“Mi Lucha”, en español),  lo cual   motivó mucha curiosidad en   Hans.

-Padre -le dijo Hans en una oportunidad- esa  hermosa edición  del antiguo libro que disfrutas leyendo  tiene una dedicatoria firmada por un militar de alta graduación. Parece que dice coronel de la SS y una firma casi ilegible, algo como K…B… ¿Quién es la persona que te hizo esa dedicatoria? Parece que lo lees con algo de nostalgia. ¿Es esto cierto, no?

- Hijo, esa obra es un regalo de mi jefe durante la segunda guerra mundial; como eran tiempos de enfrentamientos, el  servicio militar era un deber y obligación para todos los jóvenes de aquel entonces; tuve que dejar mis labores en el campo y servir a mi patria. El autor de la obra, fue el líder de nuestro país,  en él creíamos, en él confiamos, a él le juramos lealtad incondicional; el contenido de esa obra refleja el sentimiento del pueblo alemán de esa época,  pero ahora todo aquello es sólo un lejano recuerdo de una etapa de confrontación, muy difícil para todos quiénes luchamos por sobrevivir en aquel entonces…

-Y esa cruz de hierro y ese uniforme negro tuyo en esas fotos antiguas, en que se te nota muy distinguido cuando joven  ¿Significan mucho para ti? ¿No es verdad?

-¡Claro! Por supuesto. Es un reconocimiento a mi labor  durante la guerra en defensa de la patria, y bueno, ahí me ves con mi uniforme de esa época, diseñado por el famoso Hugo Boss; claro, después de haber servido a mi patria me siento muy, pero muy orgulloso, pero sentimos mucha desazón pues nuestro líder nos llevó al desastre, con los resultados de la guerra desfavorables para el país y nuestro pueblo, que todos conocemos.

-Padre, no te parece que el líder, a quién obedeciste y seguiste, el dictador Adolf Hitler ¿no fue acaso una persona con ideas desquiciadas?, cuyo libro “Mein Kampf” contenía las ideas totalitarias que habrían de convertirse en acciones de agresión contra las democracias de ese entonces… Y el vistoso uniforme, de elegante diseño, es del ejército que siguió a ese líder que originó   la  peor tragedia mundial, ¡con más de sesenta millones de muertos!

 –Bueno, hijo,  para mí y tu madre, esa etapa es ya un capítulo cerrado de nuestra vida; sufrimos mucho en esa época, no deseamos recordarla; es mejor  dedicarnos al presente y mirar al futuro…Claro, como viejo que soy, recuerdo lo mejor de toda esa época, todo fue muy bien en los años treinta, hasta antes de entrar en guerra…

-Padre, es importante reconocer lo bueno, pero también el gran daño hecho a la humanidad con una guerra total, sin compasión, ni piedad. Y como ves, al final perdieron, perdió Alemania, perdió la Europa democrática, y fue mucho peor, porque el comunismo se apoderó de muchos países del Este y cayeron  bajo la tenebrosa influencia de la dictadura de Stalin.

La  respuesta de su padre generó más inquietudes y dudas en su hijo. Hans, a partir de ahí, comenzó a obsesionarse cada vez más  por conocer detalles de la vida de su padre en esa época. Aunque su madre, muy comprensiva ella, asentía y le decía lo mismo que su padre. Quizás, a lo mejor, ambos tenían razón en no querer recordar el sufrimiento que pudieron tener. Al fin y al cabo toda guerra es nefasta.

Sin embargo Hans  aumentó su interés en averiguar el verdadero rol de su padre en la Alemania de los años treinta y cuarenta del siglo pasado…lo inquietaba mucho; sentía que algo importante se le ocultaba... quería saber que había hecho su padre como parte del ejército de la SS, su hipótesis era que había cometido acciones de guerra que podrían quizás tipificarse como criminales y eso le preocupaba mucho.

-¡Padre!, le dijo Hans a su padre Helmut, cuando obtuvo una información que lo perturbó -Ya averigüe quien es la persona que firmó la dedicatoria en el libro que guardas y lees  con tanta añoranza.

-¿Qué sabes? Preguntó Helmut a su hijo.

 -Es nada menos que un coronel de la SS, llamado Klaus Barbie, del cuerpo militar de élite de Hitler ¿No?

- ¿Y qué tiene de malo? Es un militar que defendió a su país y fue mi jefe ¿Sabes acaso que en una guerra, el que no se defiende muere?
-Pero, padre, como  jefe de la Gestapo, ¿Barbie no fue acaso responsable de la muerte de miles de personas, por lo que fue acusado por crímenes de guerra?
-No. Lo que es cierto es que usábamos el mismo tipo de uniforme negro de la SS. Pero si debo aclararte que yo no he estado  implicado en actos irregulares, mucho menos crímenes de guerra, como divulgan los países vencedores de todos quiénes servimos a la SS. Yo desconozco las acusaciones contra el buen Klaus, quién fue no sólo mi jefe, sino también un amigo apreciado.
-Deseo confiar en lo que me dices padre, pero Klaus Barbie fue un asesino de miles de personas de la resistencia francesa.
-Hijo debes estar tranquilo, no ha pasado nada después de tantos años, para qué preocuparse ahora por  lo que ha hecho mi antiguo jefe. ¿Qué más sabes de Klaus Barbie?
-Lo que sé es que Klaus Barbie,  después de la guerra se refugió acá  en Lima, de aquí huyó a La Paz, fue capturado y extraditado a Francia,  terminó y murió en la cárcel acusado por crímenes de guerra…
-Hans, eso para mí es sumamente penoso, sinceramente no lo sabía. Debes tomarlo con tranquilidad, creo que en algún momento, más adelante, cuando estés más sereno,  podremos hablar con mucha calma sobre ese tema; no fuerces las cosas, no trates de confrontarme  con el pasado, recuerda que soy tu padre y no te corresponde a ti juzgar lo que hemos hecho durante la guerra, porque una guerra es eso, no es un juego, si no nos defendíamos moríamos, debes tener muchísima prudencia en tus comentarios. Te lo digo como  padre a ti, mi hijo a quién quiero mucho.
-Padre, por tu carácter sereno y tranquilo, yo creo que tú no has estado involucrado en los hechos de tu jefe. No podría yo pensar otra cosa, pero me inquieta,  necesito que me confirmes que no has tenido nada que ver con los crímenes cometidos por Klaus Barbie. ¿No te parece justo, que tu propio hijo se convenza de ello?
Helmut le sonrió y le dio una cariñosa palmada –Debes estar tranquilo, así es, yo no tuve nada que ver en sus decisiones. Olvídate de ello.

 Hans pese a esa aclaración de su padre, sentía que algo más había, pero no sabía qué era, esa obsesión en conocer la verdad que podría estar detrás de esa oscura parte de la vida de su progenitor le perseguía hasta en sueños. ¿Para qué deseaba saberlo? Ni él mismo lo sabía; porque denunciarlo o cometer cualquier actitud desatinada estaba fuera de lugar, al fin y al cabo era su padre.

En un fin de semana en su casa de playa del sur, en el balneario de moda: Asia,  toda la familia Schmidt, el padre, la madre, el hijo Hans y su hermana menor disfrutaban del sol y la brisa marina, acompañados de amigos y vecinos. Después de almorzar una agradable parrillada, luego que las amistades se retiraron al atardecer, Hans aprovechando que se encontraba a solas con su padre, quien estaba relajado y contento,  le comenta su intención de viajar por Europa, pero con afán de observar sus reacciones.

-Padre, le comenta Hans, me gustaría viajar por el viejo continente, para  conocer algunos lugares turísticos quizás con mi novia Romina, adelantando la luna de miel -le dice maliciosamente-  tú y mamá  la conocen muy bien; pero eso depende si consigue permiso de sus padres, tan conservadores ellos y si no acceden, no importa, iría con amigos.
-Sí, bueno depende de ustedes, me parece muy buena idea, que aprovechen las vacaciones.  ¿Dónde piensas ir?  ¿Algunos lugares en especial te atraen? -comenta el padre.
-Me gustaría visitar Francia -responde Hans.
-¡Ah! Muy bien hijo, le dice el padre,  Francia tiene sitios turísticos muy importantes que valen la pena visitar, no solo la Torre Eiffel, el Barrio Latino, Montmartre el lugar de los artistas, El Museo del Louvre,  el Centro Cultural Pompidou y tantos otros hermosos sitios…
-Sí, padre, responde Hans, también me gustaría conocer la ciudad de Lyon. Que no sólo es la tercera ciudad más poblada de Francia después de París y Marsella.

Hans observa un gesto casi  imperceptible y una reacción incómoda que le produce ese comentario a su padre, que sólo alguien que conoce de psicología gestual, podía detectar.

Se produce un silencio de algunos pocos segundos, Hans observa que en la expresión de su padre en su rostro, hay algo de sorpresa y  desconcierto ante su comentario; pero Helmut reacciona respondiendo:

-¿Qué  te parece interesante de Lyon, hijo? Hay otros sitios seguramente más atractivos… turísticamente quiero decir.
-Bueno, responde Hans, tú seguramente no sabes que es una ciudad muy  próspera económicamente gracias a su  seda de calidad, las industrias, textiles; además cuenta con un patrimonio histórico y arquitectónico, reconocido por la UNESCO.
-Ah, bueno, si eso es de interés tuyo en buena hora, responde el padre –me parece bien.

En estos momentos es que Hans considera la oportunidad para un comentario inquisitivo  -además, padre, hay un tema histórico que me interesa conocer, dice Hans, de modo calculador y provocativo, para observar qué reacciones  produce en su padre el comentario -Lyon durante la Segunda Guerra Mundial, fue un centro de ocupación alemana dónde hubo fuerte resistencia francesa, que ocasionó muchas pérdidas humanas… y hay un museo en honor a los miembros de la resistencia que mandó asesinar Klaus Barbie. Y le dirige a boca de jarro la pregunta de rigor, cuya respuesta le angustiaba conocer…
-Padre, disculpa la insistencia mía sobre este tema, dime ¿tú has tenido que ver algo en todo eso?, pregunta ansioso Hans.

Es en este momento que Hans, observa una reacción en su padre, su rostro se pone algo lívido y no responde a ese comentario… Hans hizo esa afirmación de manera perturbadora, pues fue en Lyon, donde Klaus Barbie, el autor de la dedicatoria en el libro que leía su padre, fue causante de miles de muertes.

De esta manera Hans, refuerza su sospecha en el sentido que su padre podría haber tenido algún tipo de participación en esos execrables hechos junto con Klaus Barbie ¿Que alcances e implicancias tuvo su labor como militar de la SS?, ¿Habrá acaso sido ejecutor de parte de esos crímenes? es algo que Hans, quiere averiguar.

Helmut, el padre de Hans, en aquella lejana época, muy joven él, recuerda que fue convencido por los nazis que buscaban jóvenes de talento, inteligentes, altos, fuertes, rubios y de ojos claros, requisitos que Helmut cumplía a la perfección, así fue que se enroló en las SS;  por sus destrezas para infiltrarse, obtener información clave y tener capacidad analítica, se le asignó al servicio de inteligencia; no combatió en el frente, ni tuvo mando, ni decisión directa alguna en  la ejecución de ningún grupo de personas sea en algún  frente de guerra o en la retaguardia; sin embargo, como alto oficial que fue,  tenia sentimientos de culpa cada vez que, atormentándose a sí mismo,  leía por enésima vez la obra “Mein Kampf”. En lo más profundo de su ser, se decía a sí mismo, -Si Adolfo Hitler  hubiera ganado la guerra, el mundo habría retrocedido mucho, se habría impuesto su  dominio con un totalitarismo racista y genocida; no, yo Helmut cambié hace mucho, ya he rehecho mi vida junto con mi querida familia en este acogedor país por lo que  no puedo estar de acuerdo con todo lo sucedido,  ni seguir recordando lo tenebroso que fue para mí participar en esa guerra de agresión al mundo entero.


Conversando en la intimidad, con su esposa  Helga, recordaban la manera tan inesperada y traumática en que Helmut conoció a su mujer; fue cuando los rusos habían entrado a Berlín y él la rescató, en un sangriento enfrentamiento,  dando muerte a aquellos soldados del ejército rojo, que estaban abusando de ella. Entre Helmut y Helga había nacido el amor, en esas circunstancias tan difíciles; decidieron emigrar y buscar refugio en América del Sur.  Así, llegaron a Argentina primero, luego a Chile y por ultimo al Perú, donde decidieron quedarse y casarse. 

Helga salió embarazada, a raíz de ese terrible acto de estupro; Hans nació nueve meses después en el Perú. Hans desconocía totalmente ese terrible hecho   que dio  origen a su nacimiento. Realmente era cierto, ese suceso se le ocultaba, no tenía por qué saberlo, por su propio bien. Hans, después de todo, fue reconocido, aceptado y querido por  la familia Schmidt.  Ese era el verdadero secreto que celosamente guardaban los esposos Helmut y Helga.  

3 comentarios:

  1. Esta historia tiene un hecho real, que es la presencia de Klaus Barbie criiminal de guerra
    nazi, responsable de mandar a campos de esterminio a 15,ooo franceses de la Francia ocupada en la 2a guerra mundial. También la violación de miles de mujeres alemanas por los soldados rusos fue un hecho cierto. Después de la postguerra hubo venganza contra el pueblo alemásn por apoyar a Hitler.

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  2. Es casi un cuento con base histórica. Interesante por los hechos como se narran...

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  3. Interesante cuento, algo denso, pero es una nueva tendencia, el cuento o novela con referencias sobre una historia negra, la del nazismo, la discriminación, el racismo...

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