Gilmar Borja Valdez
¡¡¡Brummmmm!!! se escuchó cual estallido de una voladura en algún nivel dentro de los socavones de la Compañía minera Animón eran 6:45 de la mañana del jueves 23 de abril del 98, el ruido fue tan fuerte que retumbo en todo el campamento.
–Ahura ¿Que habrá sido? –se dijo para sus adentros Meche, mientras un mal presentimiento se apoderaba de su corazón.
–Ya se jodio, puta mare –se exaltó Ivan, dejando su taza de café mientras salía corriendo del comedor staff para abordar la camioneta donde le esperaba Elías su chofer.
De todos los barrios salían curiosos para ver lo qué había sucedido, bajaron del Alto Perú, de Miramar, del portátil; les siguieron los de Cajamarca, de Buenos Aires, de Animón, de todos lados corrían hasta el lugar donde se escuchó el aterrador sonido; la gente se amontono en la carretera, se aglomeraron frente al colegio y la escuela, con horror pudieron divisar que al borde de la laguna a solo pocos metros de la orilla se habría un agujero que succionaba el agua con un fuerte sonido como si cayera en un hueco interminable chupando el aire sin dejar escapar nada a su paso.
– ¿Que ha sido ese sonido jefe?, –pregunto Elías mientras pisaba el acelerador para llegar lo más rápido hasta la oficina de minas.
– No lo sé –respondió Ivan, en su cabeza se decía una y otra vez ojalá que no sea lo que estoy pensando, no puede ser que la laguna haya cedido si eso pasara las galerías, chimeneas todo en el interior de la mina se inundaría amenazando la vida de los que están trabajando.
La tarde caía dibujando en los cerros un paisaje lleno de tristeza para el campamento minero de Animón; el cielo se fue tiñendo lentamente de un leve color naranja hasta volverse un rojo intenso. Iván, supervisor de seguridad recién llegado discutía con Milton jefe de seguridad de la compañía: En el nivel 540 hay filtración de agua, ya sé que es una galería abandona pero sospecho que esto proviene de la laguna, tenemos que hacer algo, sellar el socavón o disminuir el nivel de la laguna; según informes ha subido más de 60 centímetros de su cauce normal.
– ¡¡¡Iván tranquilízate!!! –grito Milton, golpeando fuertemente el escritorio– tenemos un programa que cumplir la producción es primero ya lo entenderás con el tiempo, nadie se morirá por unas gotas de agua.
–Producción, producción siempre es igual, que hay de la gente, de sus familias, si algo pasa esto quedará en tú conciencia; –Iván dio un portazo y salió pensativo; de esto ya habían pasado quince días
El agua continuaba ingresando, cada minuto era desesperante, la abertura seguía creciendo.
– ¡Tenemos que tapar el hueco! –gritó una voz entre la multitud.
Tiraron piedras, palos, todo lo que encontraban en los alrededores, todo esfuerzo de nada servía, el hueco seguía creciendo succionando todo con más fuerza. El cielo gris contemplaba triste la dramática escena que se estaba escribiendo en las diferentes familias de los 30 mineros que ingresaron a trabajar en el turno de noche del día anterior.
La superintendencia llamó a una reunión de emergencia a todas las áreas, el nerviosismo hacia presa de los presentes, ingenieros, jefes de guardia, personal de confianza.
– ¡Hay que elaborar el plan de rescate!, ¡necesitamos los planos de las labores afectadas! –casi gritaba Ivan en medio del bullicio–, también la relación de la personas que están atrapadas y su posible ubicación. El jefe de seguridad estaba mudo sintiéndose culpable ante los hechos.
–Necesitamos los detalles para los informes, ¡avisen al sindicato!, llamen a todos los trabajadores que estén disponibles, también a los de contrata – Milton hablaba tembloroso, no quería perder un solo instante.
Días atrás, la tarde del sábado a orillas de la laguna lavaban ropa Julia y Meche conversando:
–Ve, otra vez. Todos estos días mi coca está amargando, hasta he cambiado la tienda de donde siempre compro pensando que ese era el problema, de la tienda del tío Vargas me fui a la verdulería que está frente al mercantil pero nada; huaaaa, sigue amargando esta coquita, ni la cal lo cambia su sabor. Esto ya me parece raro, algo malo va a pasar aquí.
–No seas ave de mal agüero vecina. Aunque mi hijito el gringo ayer me dijo: mamá, mamá el jueves por la tarde saliendo del colegio hemos visto a un zorro que estaba rondando la laguna, oliendo, oliendo alzaba su cabeza mirando a todos lados, que hablas mocoso abras visto un perro le dije no le hice caso.
–Jajaja, un zorro dices, si aquí nu hay.
Meche al enterarse de lo ocurrido recién pudo entender el porqué de esa sensación y las señales que estuvieron sucediéndose uno tras otro en los días previos a esta gran tragedia. El pique Montenegro y el pique esperanza están interconectadas por diferentes niveles que se encuentran debajo de la laguna.
Las aguas de Naticocha al caer con tal fuerza en los socavones arrastraban las cimbras, los cuadros de madera que se usaban para el sostenimiento de las labores mineras; a su paso las aguas inundaban las chimeneas, accesos, galerías formando una mezcla de lodo, piedras, maderas, ni el aire se libraba, los gases de las labores abandonadas se combinaban con el aire ventilado produciendo un ambiente mortal por todo lado.
Pasaban las horas, las cuadrillas de rescate ingresaron por Montenegro, otros por Esperanza, de los 30 trabajadores uno a uno fueron llegando algunos tardaban más en salir; asustados, cansados se abrazaban en la superficie dando gracias a Dios, a sus compañeros pero los que se encontraban en los niveles más profundos no subían haciendo un total de 6 los faltantes.
Los trabajos de rescate y limpieza continuaron por varios meses hasta que el 23 de Octubre de 1998 en dirección al pique Esperanza encontraron a cuatro obreros, tres de ellos sentados, uno tirado sin rasgos de haber padecido ahogamiento o hambre, todos parecían estar sentados chacchando su coca cuando la muerte disfrazada de gas los alcanzo. Por el lado del pique Montenegro encontraron a otro de ellos sentado esperando la jaula para salir a la superficie, al último de ellos nunca lo encontraron probablemente es el único de los 6 al que alcanzo el agua y lo dejo sepultado en alguna chimenea bajo toneladas de lodo y mineral.
QUE BUENA
ResponderEliminarSOY UNO DE LOS HIJOS DE LOS CAIDOS EN ESA GTRAGEDIA Y LE AGRADEZCO
QUISIERA SABER MAS NOMBRES OCMPLETOS POR FAVOR