martes, 14 de diciembre de 2010

Un sueño

Mónica Rengifo

Angie cogió un lápiz y un papel del escritorio de su casi vacía habitación. Cerró la ventana, pues corría mucho viento. No era una tarde de otoño cualquiera, era la más fría que ella alguna vez haya vivido. El clima era perfecto para una película de romances, en la cual la mujer se sentaba en su terraza observando el firmamento y pensaba en su pareja. Sin embargo, Angie tenía problemas de mayor peso en los cuales pensar. Se amarró su largo cabello en una cola de caballo. Luego, se miró al espejo. Sus ojos verdes se veían tristes, su piel blanca se encontraba más pálida, y no era debido al frío de la estación. Intentó sonreír para sentirse mejor, pero sabía que en ese momento más importante era escribir que cualquier otra cosa. Se echó boca abajo sobre la cama, los cuadritos del edredón eran, ahora, tapados por su cuerpo. Acercó la almohada para poder colocar la cabeza sobre ella, estiró los brazos, puso el papel sobre la colcha y comenzó a transcribir todas las ideas que se hallaban en su mente.
Hola Aixa,
¿Cómo te encuentras?, ¿estás bien?, ¿necesitas ayuda?, ¿te falta algo?
 No sientas que estas en un interrogatorio, solo me preocupo por ti. Hace ya mucho tiempo que te fuiste de la casa; en realidad, que te botaron. Mamá se siente muy triste, aunque no lo creas. Papá se ha convertido en un sobre protector, no existe un minuto en el cual no me pregunte dónde me encuentro, con quién estoy, etc. Tú sabes que él siempre fue más liberal, pero ha cambiado mucho desde que te fuiste. Todos aquí  te extrañamos muchísimo, me gustaría que regreses.  Te contaré cómo está la situación: si bien mi padre no odia a su esposa, cada vez que discuten, papá enardecido le saca en cara que ella fue la que te echó de la casa. Acto seguido, mamá comienza a llorar y le dice que si no fuera por su falta de atención hacia sus hijas, tú no serías cómo eres. Son peleas muy repetitivas, al comienzo me dolían tanto que terminaba llorando. Después de la quinta disputa me di cuenta que era el mismo tema una y otra vez. Me harté de eso y quise rebelarme, pero no es buena idea. Por el contrario, me he convertido en el apoyo de ambos. A veces me siento como si fuera psicóloga. Es muy estresante, ¿sabes? Ya entiendo más o menos como son esos consejeros, esa era la razón por la que no te gusta la idea de escuchar problemas ajenos, ¿verdad?
Hermana, te extraño mucho. Extraño nuestras peleas, nuestras risas, cuando me ayudabas con los problemas del colegio, con los de mi tarea; inclusive, cuando me dabas consejos de amor. Me haces muchísima falta, toda la energía de la casa ya no es tan alta como antes. Cuando estabas, todo el tiempo había un ambiente muy relajado, con mucha alegría. No obstante, cuando discutías con mamá era terrible. Dentro de mí pensaba que iban a terminar matándose; mas esa no era justificación para que te bote.
Hoy cumples dieciocho años, Aixa preciosa. No te imaginas las ganas que tengo de ir hasta donde  tú estás para abrazarte muy fuerte. Una semana antes que te boten de la casa; es decir, hace cuatro meses, planeamos como haríamos tu fiesta. No sé si recordarás todas las tonterías que dijimos que íbamos a poner. Es más, hicimos una lista de los invitados y de lo que no debía de faltar. Fue uno de los tantos momentos divertidos. Otro también fue cuando nos paseamos por toda la ciudad en busca del vestido para mi quinceañero. Entramos a todas las tiendas, pero siempre encontrábamos un defecto en la ropa. Después de una hora, entramos a un centro comercial en el cual solo había cosas para los quinceañeros, y fue ahí donde encontramos el vestido perfecto. Si no fuera por la curiosidad que tuviste de ese local, yo no hubiese tenido el vestido más hermoso de la historia.
¿Podrás…
El timbre de la casa de Angie sonó antes que ella pudiera comenzar a escribir el siguiente párrafo. Sus papás estaban durmiendo así que era su obligación bajar hasta el primer piso para averiguar quién tocaba la puerta. A regañadientes se puso unas pantuflas de oso, pues la acababan de interrumpir. Después de que supiera quién tocaba la puerta, ella no podría poner cosas tan bonitas como las que ya había escrito. Al menos así lo sintió Angie. El timbre volvió a sonar.
-         Ya voy, un ratito -gritó Angie desde su cuarto.
Bajó cada peldaño sin muchas ganas. Se acercó hasta el rectángulo de madera blanca que evitaba que cualquier persona pueda entrar a su hogar. Giró la perilla y abrió la puerta. Le era imposible articular palabra alguna ante la sorpresa que se acababa de llevar. Pestañeó fuertemente y retrocedió un paso.
-         ¿Aixa?, ¿eres tú? –preguntó Angie pasmada- ¡¿Aixa?! , ¡responde!
La muchacha de cabello castaño y ojos verdes que se encontraba parada frente a Angie no se movía, solo sonreía tiernamente.
La señora Závala caminó hasta el cuarto de su hija, Angie, se acercó hasta su cama y le susurró en el oído: “Angie, despierta y cámbiate.  Vamos a ir a almorzar, no te demores”. Luego, la madre de Angie regresó a su habitación para hablar con su esposo. La pequeña abrió los ojos lentamente, cuando volvió en sí, se dio cuenta que todo había sido un sueño. Podría jurar que ella estaba ahí, que el timbre sonó. Fue tan real. Bueno, supongo que hoy será otro día más sin saber noticia de ella.

5 comentarios:

  1. No se cual me gusta más si este o El cuarto. Me admira que puedas construir personajes tan diferentes y todos tan reales. Acá sobre todo me gusta muchísimo como usas el narrador en segunda persona, yo nunca puedo hacerlo tan natural.

    saludos

    Marlene

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  2. Gracias por el comentario. Si quieres, después te puedo dar una técnica que yo uso mucho para escribir.

    Saludos, Mónica.

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  3. Hola Mónica

    ¿Cuál es esa técnica? Me encantaria saber

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  4. primero: escribe, escribe, escribe hasta que tu imaginación ya no de más. Mientras escribes escucha canciones, las que mas te gusten. después lee todo lo que has escrito, corriges y sigues escribiendo. Y así repitiendo todo el proceso hasta terminar el cuento. Cuando te sientas cansada, tírate un rato en tu cama y descanza, sueña, imagínate el cuento que has hecho. y así saldrán más ideas y más maneras de entrar o ver a los personajes. Espero te ayude (:

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  5. Gracias millones, es un gran consejo, este fin de semana voy a aplicarlo

    gracias otra vez

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