miércoles, 23 de noviembre de 2016

El aborto

Yadira Sandoval Rodríguez


Un oficial acompaña a Martha con su abogada, los dos caminan por un pasillo largo, al final de este hay un cuarto pequeño, el cual se ve descuidado con las paredes manchadas de salitre. A lo lejos se escuchan las voces de las reclusas jugando a la pelota; los gritos hacen que la abogada se levante de su asiento para cerrar la ventana que tiene la habitación, donde hay una mesa con dos sillas. Están sentadas las dos de cara a cara. Es febrero y la abogada le pide al guardia que le traiga un saco a la reclusa, ya que el lugar está muy helado. El hombre se le queda mirando dado que no le gustó el tono utilizado para pedirle el favor. Entre dientes la mujer le dice a Martha: «Ellos están para cuidarlas». Martha sonríe por los nervios. 

Martha es una joven que está encarcelada por abortar en Puebla, unas de las ciudades más conservadoras de México. Su condena es de veintinueve años de prisión. Ella estudiaba ingeniería en una escuela privada con una beca, un día llegó al hospital sangrando, le realizaron un legrado; después, al despertar de la operación, en su cuarto estaban dos oficiales y la trabajadora social esperándola para darle la noticia de su arresto.

Martha narra los hechos de la provocación de su aborto, justifica su acción ante la situación económica en la que vive. Ella se ve desesperada, no sabe qué hacer, por los nervios no deja de mover sus manos. Al saludar a la abogada le dice: «No tengo dinero, mi familia ha perdido la esperanza de que pueda salir pronto de la cárcel, soy consciente que el proceso será largo y doloroso». La abogada abre su bolso de mano y saca un pañuelo para ofrecérselo a ella, al mismo tiempo le contesta: «tranquila, estoy aquí para ayudarte». En eso tocan a la puerta, la abogada se levanta, abre la puerta, es el guardia que trae el saco para la reclusa.  

—Este marzo estaré cumpliendo siete meses. Conmigo están otras veinte mujeres por lo mismo, todas pensamos que hicimos lo correcto, no hay arrepentimiento, abogada. No queríamos traer vida por las condiciones en las que nos encontramos. ¿Por qué las autoridades no entienden eso? —le dice Martha a la abogada. 

—Comprendo cómo te sientes Martha, pero necesito que me narres los hechos —dice la abogada. 

—Fui a una clínica porque me estaba desangrando debido al aborto. Investigué de médicos que lo realizan clandestinamente, se me hizo carísimo, abogada, unas amigas me comentaron que se corría riesgo de morir, por las condiciones de insalubridad en las que trabajan ellos, es por eso que no la pensé dos veces en provocármelo yo misma, ante la desesperación por mi violación  —dice Martha—. No quería que nadie se enterara de lo que me pasó, por miedo al qué dirán, usted sabe el peso negativo que tiene en nuestra ciudad. Es por eso que busqué por internet cómo hacerlo de forma natural, encontré que el té de jengibre lo causaba, al igual baños de agua caliente, debido a que debilita el útero. Es así como llegué al hospital, cuando me entrevistó Trabajo Social tuve que decir que estaba embarazada, los médicos lo corroboraron. Al instante, la encargada del área, me dijo que tenía que llamar a la policía, ya que el aborto es un delito penal y que no se querían meter en problemas; comentó del caso de un doctor que por haber atendido a un paciente en urgencias sin antes haber pasado a Trabajo Social lo encerraron por siete meses, hasta que los abogados pudieron sacarlo libre —llorando le dice Martha a la abogada—. Esa doña tuvo la culpa.  

La abogada escribe en su cuaderno de nota la narración de Martha al mismo tiempo la está grabando, se queda seria por un momento, mientras mira unos documentos que trae con ella.  

—Mira Martha, en este momento, los centros de salud pública están amenazados por el gobierno. Estos nada más se enteran de que hay un aborto y sin investigar denuncian a las personas. Tú eres unos de esos casos. Aquí en la cárcel hay una chica internada desde hace un año, posiblemente la conozcas. Es una reclusa con otro tipo de caso. Ella sí quería tener a su hijo, se le complicó el segundo mes de embarazo; cuando llega a la clínica, la enfermera de guardia sin hacer averiguaciones marca a la policía. El novio y sus papás traen a un abogado que es amigo mío, han tratado de comprobar que no fue provocado por ella, sino espontáneo. También nos hemos enterado de que el índice de mujeres encarceladas subió el último mes. Debido a que en los centros de salud tienen tiempo entregando condones caducados a varias personas, no se sabe si es intencional o un descuido. La noticia aún no se ha revelado, necesitamos más pruebas —le dice la abogada—. Es por eso que debemos estar tranquilos, Martha, todo saldrá bien, solo necesitamos la veracidad de los hechos para no tener problemas con las autoridades y con los grupos conservadores del país que están en contra de la despenalización. Si en el juicio afirmamos algo que luego resulta falso perderemos la oportunidad de lograr el objetivo. Necesitamos la verdad, Martha  —le dice la abogada.  
   
—¿Piensa que estoy mintiendo sobre mi violación? ¿Solo porque no presenté cargos después del abuso sexual, sino hasta que llegué al hospital? —Levantando la voz le dice Martha—. No tengo ánimos de seguir viviendo, abogada  —continúa diciendo— es injusto, la vida no tiene sentido para personas como yo. Se levanta de su asiento, se acerca a la ventana y le dice a la abogada que va a abrirla. 

—Martha relájate un poco, aquí en tu expediente primero comentas que fue un sicario quien abusó de ti, después narraste que un ladrón, esa incongruencia nos puede afectar. Te necesito sincera, muchacha. Todos tenemos miedo, lo peligroso ya lo hiciste, lo otro es secundario. No comprendo por qué dices que te violaron.

Martha se queda callada. 

—La despenalización del aborto está difícil en el país, ya que le han dado personalidad jurídica a un óvulo fecundado, anulando los derechos de la mujer plasmados en la constitución. El aborto es un derecho internacional, pero, países como el nuestro no lo aceptan. En el caso de un embarazo producto de una violación, la ley permite el aborto hasta la doceava semana de gestación. Tú podrías entrar en este segmento. Lo complicado es que no podemos demostrar el abuso en ti, la ley es dura, pero estamos haciendo lo posible. Ahorita se está investigando sobre los condones caducados. Por allí entraremos con las demandas. Tenemos contabilizadas en este momento quinientas mujeres. De este número, cuatrocientas veinte están pidiendo el aborto. El gobierno tiene que responder por las afectadas —dice la abogada—. Tu caso lo quiero enfocar por allí, si tú cambias la versión. 

—Usted debe creer en mí, por mi santito Dios le estoy diciendo la verdad. Necesito su ayuda. Se dice que desean hacerles daño a las chicas como forma de amenaza para que se callen, eso me da miedo, abogada. Con decirle que la semana pasada golpearon a una compañera, se la llevaron al centro de salud de la prisión, nadie nos dejó verla, los guardias nos dijeron que fue un pleito con otra reclusa por rivalidad, pero las demás dicen que fue un escarmiento. Todas están asustadas y corren peligro, es por eso que deseo salir. Escuché que algunas desean callarse, que no quieren seguir luchando. A mí me han ofrecido varias veces droga desde marihuana, pastillas y muchas cosas más, pensaron que era del grupo de las chicas quienes están pasando información a los medios de comunicación, yo acepté ante la depresión en la que estoy, pero unas compañeras me dijeron que tirara eso, que me mantuviera fuerte —dice Martha. 

Tocan a la puerta, la chica se limpia las lágrimas con el pañuelo que le dio la defensora, es el guardia que viene por la reclusa, la jurista se despide de ella y le dice que hará todo lo posible por ayudarla. Martha le da las gracias.  

La abogada se despide de Martha, al salir toma su celular y marca a otro colega, le comenta la entrevista con ella y le dice: —la chica está muy asustada, está inventando su abuso, le hicieron estudios y su cuerpo no presenta ninguna agresión física. También, la psicóloga de la prisión dice que no entra en el perfil de mujeres abusadas. Esto nos puede traer problemas, las autoridades están esperando que cometamos algún error para sacarlo a luz pública y retroceder el procedimiento de la despenalización del aborto. También investigué por otras fuentes parece que tuvo que ver con un maestro.

6 comentarios:

  1. Muy buena narrativa, me imagine por completo toda la escena, cada uno de los detalles.

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    1. Estoy deacuerdo. Yo estaba pensando lo musmo al leerlo. Me imaginé el escenario entero al leer cada palabra.

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    2. Estoy deacuerdo. Yo estaba pensando lo musmo al leerlo. Me imaginé el escenario entero al leer cada palabra.

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  2. Excelente. Esto me dejó con deseos de leer mas y mas. El tema es sumamente apropiado para estos tiempos. Muchos cambios y avances en el area de derechos para la mujer son necesarios. Con este relato podemos informarnos a las realidades que sufren muchas hoy. No podemos mantenernos ciegos a la realidad. Por favor siga escribiendo Yadira. Gracias por la oportunidad de leer tus pensamientos y por compartir tu sabiduría.

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  3. Excelente. Esto me dejó con deseos de leer mas y mas. El tema es sumamente apropiado para estos tiempos. Muchos cambios y avances en el area de derechos para la mujer son necesarios. Con este relato podemos informarnos a las realidades que sufren muchas hoy. No podemos mantenernos ciegos a la realidad. Por favor siga escribiendo Yadira. Gracias por la oportunidad de leer tus pensamientos y por compartir tu sabiduría.

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