lunes, 3 de agosto de 2015

El reino Feliz

Héctor Luna


En algún lugar del mundo, escondido en uno de los bosques más majestuosos que hay en la Tierra, existe un reino llamado Feliz.  Desgraciadamente la envidia y el odio encontraron a un mensajero que con ayuda de la bruja malvada lo convirtieron en el reino Zilef.

El rey Contoten III cuando joven, antes de ser coronado era un príncipe humilde, bondadoso, alegre.  Cercano al pueblo siempre se le veía.  La gente le quería mucho.  Eso generó la envidia de su primo Frustrado quien a como diera lugar quería heredar el reino.

Meses antes de subir al trono, Contoten III conoció a una bella muchacha a quien cortejó sin mayor problema durante algún tiempo.  El apuesto príncipe era un caballero, alto, fornido, con un gran sentido del humor y muy detallista. Todas las mujeres del pueblo morían por él, pero sólo una sería la afortunada de estar a su lado y convertirse en la reina.

Diario, después de sus entrenamientos militares, él salía a buscarla.  Pasaban mucho tiempo juntos, montaban a caballo, jugaban tiro con arco, caminaban a un lado del río, se sentaban sobre el pasto a comer alguna fruta y platicaban durante horas.

Cada día que pasaba el amor crecía más y más, Roma era la envidia de las mujeres del territorio.

El entonces rey, Contoten II quien también era muy querido por el pueblo, pensó que ya era momento y organizó el matrimonio entre su hijo y la bella Roma.

La boda fue una de las mejores que se han llevado a cabo y de las que más se cuentan en todos los reinos del planeta.  El banquete duró siete días.  Los platillos más exquisitos se cocinaron diario, en especial en la cena del último día y sirvieron los mejores vinos. El pueblo completo fue invitado, sacaron sus mejores vestimentas y asistieron al gran evento.  El rey y su esposa no cabían de felicidad, a los nuevos esposos les salía el amor por todos lados y el pueblo estaba muy contento.  

El enorme castillo lucía impecable, limpiaron cada rincón, arreglaron y dejaron como nuevas las grandes puertas de madera de la entrada, los salones en donde se darían algunos de los eventos también fueron remodelados, de algunos se cubrieron los techos de oro.  Unos de los pintores más famosos de la época, Rotnip, hizo un bellísimo cuadro que regaló al monarca unos días antes para que luciera en una de las paredes del salón principal.  También varios músicos ofrecieron su talento para ambientar el magno evento. 

Al parecer vendrían años de prosperidad y de cosas buenas para el reino de Zilef.

Frustrado asistió unas horas al banquete por cumplir con el protocolo pero por dentro sentía que ardía, no podía creer tanta felicidad en todos lados.

Después de un rato decidió salir de la fiesta e ir al bosque en búsqueda de la bruja más temida de todos los tiempos: Maldad.

Quien quería llegar a ella tenía que cruzar el bosque, sortear trampas, acertijos, engaños y sobretodo gozar de una extraordinaria destreza, fuerza y valentía para no ser aplastado por los monstruos guardianes de la bruja.

Frustrado fue entrenado como hijo del rey, al morir sus padres, Contoten II decidió adoptarle y darle una vida como su propio descendiente.

Después de unos días logró llegar a la cabaña donde se escondía Maldad.

Para hacerlo tuvo que luchar contra una especie de monstruos que creó la bruja para impedir que llegaran con facilidad a ella, parecidos a unos dragones; además nadó, con mucha destreza para poder cruzar el río lleno de animales venenosos.  Con alguno estuvo a punto de perder la batalla pero finalmente su habilidad y fuerza hicieron que saliera vencedor.  Otro día, el viento y la lluvia detuvieron su avanzar, las tempestades fueron muy agresivas, duraron casi el día entero, al empezar a desaparecer, Frustrado continuó su camino.  

A unos metros del hogar de la bruja, apareció Romet, un guardián del lugar. Tenía el aspecto de dinosaurio pero se transformaba en víbora, después en dragón y en otros animales dependiendo la batalla.  Tal vez, esta lucha duró unas cuantas horas hasta que tirado sobre el piso boca arriba Frustrado vio a Romet yendo con toda su fuerza y sacando fuego por la boca hacia él, se sintió perdido.

De pronto Romet se convirtió en ceniza y a la vista de Frustrado apareció la gran bruja.

—¿Qué quieres Frustrado? ¿A qué has venido?  Si has llegado hasta aquí, debe ser algo importante.

—No quiero ver feliz a nadie, no quiero que mi primo sea el siguiente rey.

—Pero, ¿qué te han hecho para desearles el mal?

En realidad nada.  Desde que era pequeño me molesta ver a la gente feliz.  La muerte de mis padres y el quedarme solo son sentimientos y recuerdos que no me dejan, no puedo dormir, nada de lo que hago me sale bien, nunca podré tener un lugar importante en el reino y ver a mi primo que se convertirá en rey feliz con su esposa, ver a mis tíos felices, ¡no lo soporto!

—Si ese es tu deseo yo te puedo ayudar, nada me daría más gusto que ver a toda la familia real acabada.

¿Tú también los odias?

No es momento para contarte, en su momento te lo diré.  Por lo pronto lleva esta pócima, debes diluirla en el vino que tomarán en la cena del séptimo día de la fiesta y a partir de entonces todo cambiará.

Alguna vez la bruja estuvo enamorada del rey antes de que lo nombraran y antes de que ella se convirtiera en ese ser con tanta maldad.  Pero al padre de la bruja lo condenaron a la horca por un mal entendido y fue el Rey Contonten I quién dio la orden.  Desde ese entonces ambas familias rompieron relación y se juraron odio por la eternidad.  

Después de dos días y un camino sinuoso, Frustrado entró al gran salón en donde los invitados seguían bebiendo y festejando la boda.

El último día de los festejos, Frustrado, discretamente, se acercó a la cocina y arrojó las pastillas que la bruja le había dado en un tarro enorme donde el vino estaba listo para ser servido en las copas de los reyes e invitados.  Mientras lo hacía sintió una mirada, se trataba de la cocinera, Aírgela.  Ella salió corriendo por un pasillo pero Frustrado logró alcanzarla antes de que fuera vista por los demás.  Le dio de la bebida y automáticamente cayó dormida. Arrastrándola la fue llevando hasta esconderla en una de las bodegas donde guardaban la comida.

Minutos después el rey tomó su copa y dijo unas palabras brindando por la nueva pareja.  Todos bebieron.

Uno a uno empezaron a caer dormidos. Las personas del pueblo que aún seguían ahí se espantaron y salieron corriendo.  Parecía que el mejor día del reino se convertiría en el peor. Los guardias llevaron a la familia a sus aposentos y mandaron llamar al médico del Rey.

La familia real dormía.  En un principio nadie sabía que tenían.  Después de una noche de mucha tensión, dieron la noticia que el rey, la reina y la princesa habían entrado en un estado de coma eterno.  Aún la causa era una incógnita.

Dulas, el médico, se puso a investigar y en uno de sus libros de magia venia descrito el hechizo del que habían sido víctimas.  Leyendo se dio cuenta que sólo un dulce muy especial podría volverlos a la vida.  Aquel antídoto se podía conseguir únicamente en un pueblo muy lejano, perteneciente a otro reino.

El príncipe, logró despertar.  Al parecer no bebió toda la copa por lo que el daño no fue tan fuerte en él para permanecer en estado vegetativo, sin embargo a él le afectó mucho la parte emocional y le hizo cambiar todas las reglas del juego.

Ya no sería el Reino Feliz ni él el príncipe Contento III, cada cosa sería al revés, por odio, por rencor.  Desde aquel día se convertiría en el rey Contoten III monarca absoluto del Reino Zelif y prohibió estrictamente las sonrisas, y pobre de aquel que fuera feliz porque de inmediato se le mandaba a la horca.

Nombró a Frustrado su asesor, su mano derecha y ambos se convirtieron en el terror de los reinos, acabaron con los pueblos, hacían infelices a las personas, no soportaban ver a la gente sonreír.   

Un día uno de los caballeros, Fiel, amigo del entonces príncipe bueno, decidió hacer a escondidas una patrulla con los seis mejores caballeros del reino e ir en búsqueda del antídoto.  

Frustrado los nombró no gratos y pidió sus cabezas apoyado por el nuevo rey.

Meses después, la patrulla llegó por la noche al castillo.  Pasaron innumerables travesías pero finalmente consiguieron hacerse del dulce mágico.

Al entrar al castillo, dos de los cuatro caballeros fueron arrestados.  Se dio estado de alerta máxima en el reino y empezaron a buscar a los otros dos traidores.

Fiel logró encontrar a Dulas y le dio el dulce para que preparara la pócima que despertaría a la familia real y que convertiría al reino Zelif en Feliz de nuevo.
Pasaron algunas semanas para que las cosas se calmaran en el reino y que pudieran lograr la tarea.

El médico pidió ver, como cada mes, a la familia real dormida, quienes estaban bajo estrictas medidas de seguridad para que nadie se metiera con ellos.

Con mucha habilidad logró darles un poco de la pócima a los tres, cuando estaba dándosela a Roma entró el rey Contoten III gritando que mataran al médico ya que se acaba de enterar que iba a suministrarle un líquido a su familia, pero ya era demasiado tarde, ya habían bebido del elixir.

Los guardias sostenían al médico, de pronto Roma empezó a toser, vio a su amado y sonrió.  La cara le cambió por completo al joven rey.  Corrió hacia ella y se dieron un largo beso.  

Sus papás también despertaron. Contento III explicó absolutamente todo a su padre y con el paso de los días empezó a sentirse mejor, empezó a recuperar su bondad pero ahora era más consciente del mal.  Recordó todas las atrocidades que hizo cuando estuvo embrujado y sentía mucho remordimiento y  pena al ver a cada habitante, se convirtió en un mejor ser humano después de esta experiencia. La familia real decidió empezar de nuevo pidiendo perdón al pueblo y haciendo de su reinado uno de los mejores de la historia.  

¡Aírgela! ¿Qué haces aquí acostada? preguntó una de las ayudantes de la cocina.

Frustrado hizo algo terrible, luego me dio de beber algo y caí profundamente dormida, debemos alertar al rey.

No te preocupes, la familia real ya está en buenas condiciones, pero sí debes decir lo que pasó.

Aírgela con mucha precaución para no ser vista por el malhechor,  se acercó al rey y le contó lo que había pasado.

Frustrado fue condenado a encierro y la bruja fue declarara enemiga número uno del reino.

El pueblo Feliz volvió a serlo de nuevo.

1 comentario:

  1. Me gustó el cuento, aunque faltaron detalles no pude evitar leerlo hasta el final.

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