Julio Chang Lam
Luego de estudiar en una prestigiosa
Universidad de Beijing Liu regresa a su país ilusionado con aplicar sus
conocimientos en el centenario arte del
Feng Shui que los antiguos chinos utilizaban en la construcción de edificaciones con el fin de fomentar la
armonía y la buena suerte en base a la correcta distribución de espacios,
ambientes, mobiliario, objetos y plantas dentro de una obra arquitectónica.
Apenas regresó, su padre lo contactó con un próspero
empresario amigo de la familia. Así Liu sale a entrevistarse con el posible cliente en su mansión localizada en
un sector residencial de la Molina. Ubica
la residencia fuertemente resguardada
por agentes de seguridad. Lo que ve al traspasar el cerco de la fachada, pese a su vasta experiencia profesional,
le impresiona sobremanera. Observa con asombro que es una lujosa vivienda
rodeada de enormes jardines con fuentes de agua, pisos de lajas de piedra con
enormes árboles y arbustos ornamentales de
exótica fragancia cuya entrada está
acompañada con esculturas de dos enormes dragones en piedra y una portada al
estilo chino con las cubiertas inclinadas y frisos decorados con ideogramas del
ying y el yang. Las ventanas de madera tienen carpintería de madera de color rojo con diseño chinesco. Al fondo destaca
una gran piscina frente a una pérgola muy hermosa con ornamentos de estilo
oriental.
Cuando ingresa lo recibe un respetuoso mayordomo
que lo hace pasar a un área de espera en que resaltan los muebles de estilo chino. Liu observa el ambiente y piensa:
¡Qué impresionante! ¡Qué bella artesanía! ¡Lindos muebles tallados!, ¡Uf, qué enormes
y finos jarrones de porcelana! ¡Oh, hermosísimo el altar con las efigies de los
dioses Kwan Ying y Kuan Kung! ¡Finamente representados la Diosa de la paz y el
Dios de la justicia!
Mientras mira y disfruta absorto de esa
ambientación tan singular, aparece un señor de edad madura, bastante alto, muy
jovial que con ademanes corteses agradece al mayordomo quién discretamente se
retira. El señor de porte distinguido, elegantemente vestido a la usanza china,
se acerca a Liu con los brazos abiertos, recibiéndolo con un cordial abrazo.
-¡Aja! Así, que tú eres Liu el hijo de don
Ramón. Bienvenido. Mi nombre es Hoimin, pero me dicen Jaime. Me cuenta tu papá
que has aprendido el arte del Feng Shui. En nuestro pueblo de origen, no se
podía construir si es que no había un buen maestro en ese arte. Mucho gusto de
recibirte y conocerte. Se nota que eres bien joven. ¿Cuántos años tienes?
-Tengo treintaicinco años, don Jaime, gracias
por la oportunidad que me ofrece. Mi papá me habló mucho de usted. Como verá soy
joven, pero tengo experiencia con más de diez años en el ejercicio de la
construcción. Tengo varios proyectos construidos antes de viajar a Beijing, que
puede usted apreciar en este portafolio.
- A ver…
-Estos proyectos que le muestro en tres dimensiones,
son los últimos que hice. Destaca éste de un hotel y spa…cuyo propietario es
también amigo de mi padre y quizás suyo, es un empresario muy reconocido entre
los paisanos de la sociedad china.
-Ah! Si lo conozco, es de nuestro mismo
pueblo…muy hábil en los negocios. Me gusta ese proyecto, muy bonitas las fachadas de su hotel. Se nota que son de
estilo muy original, pero ecléctico. Yo prefiero el estilo tradicional chino…lo puedes notar en
mi casa donde no he escatimado gasto alguno para que esté acondicionado a mi
gusto y de mi esposa, con artesanía
traída de la China. En el proyecto que tengo en mente, sobre todo por ser un restaurante
de comida oriental, requiero un concepto
tradicional concordante con ese estilo. En la distribución funcional de tu proyecto
aprecio buen manejo de las proporciones con adecuada conexión de espacios
interiores y exteriores, pero me parece que le falta más área verde, fuentes de
agua y el estilo tradicional que yo prefiero. Estos criterios lo quisiera en mi
proyecto…no lo olvides, daría un gran efecto de diferenciación respecto a otros
proyectos.
-Ya verá usted, yo diseño mis obras a la
medida de las necesidades y gustos de los encargos profesionales que recibo,
con muchísima mayor razón si proviene de
usted que es amigo de mi padre.
-Muy bien, Liu te explicaré brevemente lo que
quiero. Esperamos que nos ayudes con el
proyecto de un restaurante de estilo tradicional, que deseamos sea el más
lujoso y elegante de Lima; que esté rodeado de jardines y fuentes de agua. El
terreno está ubicado en la zona de La Molina delante de un cerro, justo
protegido por el tigre y el dragón del Feng Shui. La capacidad debe ser para no
menos de seiscientos comensales con mesas distribuidas alrededor de pequeños
jardines zen en que se sienta el sonido del agua. Tú seguramente sabes que el agua es un elemento que cuando se
escucha fluir ayuda a sentirse relajado. Es justamente uno de los principios
del Feng Shui sentir tranquilidad, armonía y paz.
-Entiendo don Jaime. Podemos aplicar los
principios del Feng Shui, justamente con
el uso combinado del agua en jardines con peces dorados se da armonía y belleza
al ambiente. Ya verá usted que la combinación de agua, madera y piedra con los
demás elementos tradicionales resaltarán
la arquitectura del proyecto. ¿Seguramente querrá que incluya los típicos
colores rojo y dorado con efigies de dragones y pinturas de paisajes chinos?
-Sí. Claro, con toda la ornamentación
oriental. Pero, primero me gustaría ver tus esquemas y planteamientos. Ojo, que
los aspectos funcionales con correctas dimensiones son para mí la base del
proyecto; pienso en una capacidad para seiscientos comensales que se sientan en
un espacio con mucha sensación de familiaridad y privacidad. Además necesitamos tener estacionamiento por lo menos para cien
vehículos, que podríamos ponerlo en uno o dos semisótanos. ¿Te parece bien?
-Sí, entiendo sus recomendaciones. Es
importante que el parqueo no quite espacio al área del restaurante. Para el
público es importantísimo una buena entrada que cause impresión resaltada con
jardines ornamentales, una fuente con pececillos dorados y dos efigies de
leones chinos en la entrada a modo de guardianes, luego una amplia recepción,
con una portada que indique el nombre del restaurante. Don Jaime, confíe en mí.
Desarrollaré unos primeros bocetos luego de ver el terreno, verificaré cuál es
la dirección del tráfico, si hay postes, la intensidad del viento y del
asoleamiento, asimismo verificaré qué tipo de edificaciones hay al costado.
Aplicaré bien los principios del Feng Shui.
-Correcto Liu. Me parece que tienes claridad
respecto a lo que quiero. Mi hija Meiling te llevará a conocer el terreno
comprado, que tiene mil doscientos metros cuadrados. Este es el título de
propiedad para que chequees las dimensiones. Luego don Jaime llama a su hija,
quién llega casi inmediatamente.
–Meiling te presento al arquitecto Liu, el hijo de don Ramón. Nos va demostrar
su talento y tú ayudarás a que se concrete nuestro ambicioso proyecto. Por
favor llévalo al terreno y coméntale en mayor detalle lo que queremos.
-Mucho gusto Liu. Encantada de conocerte. Estoy
a tu disposición.
-El gusto es mío, dice Liu, impresionado por
la belleza apacible que trasmite su
sereno rostro y porte deportivo, a la que se suma la elegancia en el vestir.
-Bueno, si deseas podemos ir al terreno en
estos momentos.
-Si, de
acuerdo. Despidiéndose de don Jaime, se levanta para salir diciéndole: -Conforme,
don Jaime chequearé los datos del terreno y estaré informándole de lo que se
puede hacer. Gracias por la grata compañía que me brinda.
-Muy bien Liu, dice don Jaime dándole un
fuerte apretón de mano y una afectuosa palmada en la espalda. Seguiremos en
contacto. No me distraigas mucho a Meiling. Saluda a tu papá y dale un abrazo
de mi parte. Dile que lo invito a casa el próximo fin de semana a cenar a él y
tu mamá. Tú también estás invitado. También indícale que luego vamos a jugar
mahjong; sabes que a tu papá ese juego de dominó chino le gusta mucho ¿no?
-Si. Gracias, don Jaime. Le diré a mi papá.
-OK. ¿Tienes movilidad o vamos en mi carro?
Pregunta Meiling.
-He venido con movilidad, tú me indicas la
ruta.
- De acuerdo, Liu. Vamos.
Así se conocen. Liu la observa con
detenimiento y piensa que debe ser casi de su misma edad. En el trayecto, Liu
le pregunta–Me parece que te conozco de algún sitio. ¿No has estudiado en el
colegio Juan XXIII?
-Sí, terminé en el año dos mil. ¿Tú has
estudiado allí también?
-Así es, pero terminé dos años antes. Recuerdo
haberte visto en un recital de poesía y en una escena de teatro escolar. Te veía como una niñita muy talentosa,
destacabas sobre los demás; recuerdo que era la escenificación de una obra de…un
tal Brecht.
-De… ¡Bertolt Brecht! Qué buena memoria
tienes. Después de tanto tiempo acordarte de esos detalles. ¿Hasta del nombre
de la obra te debes acordar?
-No tanto. ¿Cómo se llamaba esa obra?
- Fue la obra “Madre Coraje y sus hijos”.
¿Recuerdas?
-Sí, fue una obra muy impactante. En realidad
tu actuación fue impresionante y tu imagen de niña actriz se me grabó en la
memoria. Cómo es la vida. ¡Sorprendente! Volvernos a ver gracias al trabajo que
voy a hacer para tu papá.
-Espero que cumplas bien con el encargo y no
te distraigas en otros trabajos. Prioriza el nuestro. Yo me voy a encargar de
chequearte. Por si acaso, te voy aclarando ¿ya? Te voy a hacer seguimiento…
-Así va ser amiga. Encantadísimo que me controles
y mejor si es todos los días. Sobre todo, por este afortunado re-encuentro. Me
va a ser muy grato trabajar junto a ti. Por ti voy a esmerarme muchísimo más en
este proyecto…
-¿Por mí? Gracias, por tus corteses palabras
pero pienso que debes preocuparte más por la responsabilidad y compromiso con
mi padre. Así que no es necesario que me
alabes tanto, no quiero distraerte del proyecto.
Ese fin de semana luego de verificar las
medidas del terreno, tomar fotos al lote y al entorno del mismo, Liu
comienza a darle vueltas a ideas del proyecto, toma en cuenta las ideas de
Meiling que además de aficionada al teatro destacaba en el campo del diseño de
interiores y paisajismo; ella gustaba del diseño y mantenimiento de jardines. Con
ella a su lado Liu siente más agradable y llevadero el trabajo.
Liu coordinaba con ella el desarrollo del proyecto en su estudio
bastante amplio, muy acogedor y elegante, con su amplia oficina
y ambientes del equipo de sus colaboradores con muy buena vista de los parques
y edificios vecinos desde el décimo piso
de la torre empresarial. Allí casi todos los días luego de terminar la jornada salían juntos. Así con el proyecto listo van a
presentarlo a don Jaime.
Luego de ver el proyecto y hacer algunos
comentarios don Jaime le dice a Liu: -Muy bien, con los pequeños ajustes que
debes hacer al proyecto y el presupuesto, acepto que inicies la obra para que lo termines en nueve meses según tu cronograma de ejecución. Creo que el proyecto
justifica el monto de la obra que me propones, pero eso sí, tienes que
esmerarte en los detalles decorativos y
acabados de primera. Y por favor, cúmpleme con los plazos pues necesito poner el negocio en funcionamiento
cuanto antes. La inauguración del local espero que impresione a todos mis invitados: familiares, amigos e
importantes empresarios del medio.
Después de las frecuentes visitas a obra,
ambos comenzaron a salir con mayor asiduidad, desarrollándose una amistad y confianza
mutua que fue creciendo en intensidad, primero con invitaciones a refrigerios
al paso, después almuerzos, cenas y paseos juntos a lo largo de la Costa Verde,
y al final terminaron bailando y divirtiéndose alegremente en las discotecas de moda, hasta que una noche que Liu estaba con
Meiling recibe una llamada desconocida a su celular.
-¿Señor arquitecto Liu?
-Sí, ¿quién habla?
-Soy el representante del “Sindicato de
Construcción Civil” y necesitamos que en la obra que usted ha iniciado, mañana mismo ingrese a trabajar el personal
que le recomendaremos.
-¿Perdón? Sólo puedo decirle que el personal
de obra ya está seleccionado y trabaja conmigo desde hace mucho tiempo… es
gente de mi entera confianza.
-¡Señor Liu no le estoy consultando ni
pidiendo un favor! el día de mañana se acercará el personal sindicalizado que deberá
incorporarse inmediatamente a su obra; con ello usted tendrá garantías de no
tener problema alguno y podrá trabajar tranquilo. Además…lo felicito por su
buen gusto, muy linda la chinita con la que sale… por si acaso le advierto que no
queremos que le pase nada a ella ni a usted…y obviamente, deseamos que su obra avance
y no se perjudique, no se le ocurra
hablar con la policía ni con nadie al respecto.
-¿Alo, alo? Liu no recibe ninguna respuesta, ya le habían
cortado la llamada. Meiling desconcertada le pregunta: ¿Quién llamó? ¿Qué pasa? Estás pálido y transpirando…
-No es nada, parece que hay una confusión, se
han equivocado, le responde Liu, debemos regresar, disculpa tenemos que
retirarnos inmediatamente.
Al día siguiente temprano Liu recibe la
llamada de su asistente: -Arquitecto, se han presentado en la obra quince
personas que dicen que tienen su autorización para ingresar a trabajar, pero
usted sabe que el equipo está ya completo, además a esos sujetos no les veo
aspecto de trabajadores de construcción, diría que más bien…parecen maleantes.
-No, no los dejes entrar. Reforzaremos la
seguridad inmediatamente. Diles que vamos a llamar a la policía, son
extorsionadores…
Luego de algunos minutos, Liu vuelve a
recibir otra llamada, pero esta vez del mismo sujeto que lo había llamado el
día anterior.
-Oiga señor Liu no ha dejado entrar a mis
hombres a su obra. Ha rechazado mi propuesta y eso puede serle muy perjudicial.
-Disculpe señor…a usted no lo conozco y la
pretensión que tiene es inaceptable.
-¡Bueno, se me acabó la diplomacia, so chino
de mierda! es tu decisión espero que después no vayas a lamentarte, las consecuencias
pueden ser graves para tu obra, para ti y para tu pareja. Ya verán…no te me
vayas a arrepentir. Te recomiendo no hacer cojudeces…
Ante esta situación Liu se preocupa y decide
llamar a Meiling: -Amiga deseo hablar contigo pero no en la oficina ni en la
obra, hay un problema que debo resolver y tengo que explicarte personalmente. ¿Podemos ir al sitio dónde solemos encontrarnos? ¿Está
bien en media hora? ¡Por favor cuídate, que nadie te siga!
-Si
claro. No me asustes. ¿Qué pasa?
-Luego te explico, estoy saliendo para darte
el encuentro.
Después de reunirse, Liu le explica en detalle la situación presentada
que lo obligará reforzar la seguridad de la obra y a postergar sus salidas juntos
para salvaguardar la integridad de ambos,
él irá armado y acompañado de agentes privados de seguridad hasta que superen
el problema.
-A mi papá debemos avisarle, le dice Meiling angustiada.
-No, no lo preocupes. Yo resolveré este
problema. Lo que quieren estos sinvergüenzas no es tanto que los dejemos entrar
a “trabajar” en la obra, sino que quieren extorsionar para obligarme a pagar un
cupo semanal…ya lo han hecho con otros contratistas y lo manejaré de esa
manera, lamentablemente eso nos afecta a todos, pero lo cubriré con mi margen
de gastos generales y de utilidades de la obra. Por ahora no le digas nada a tu
papá, no hay que inquietarlo.
-¿Estás seguro de lo que piensas hacer?
-Si. Lo lamento mucho querida
amiga. Así lo han hecho otros constructores para evitarse problemas. Por
nuestra seguridad dejemos de vernos un tiempo hasta superar este impase. De
todas maneras haré la denuncia para ver si algo hace la policía y el ministerio
público. Esta situación afecta a Liu en sus gastos de obra y utilidades así como también
en parte de los recursos destinados al pago de personal y compra de materiales para
pagar a los extorsionadores. Esto ocasiona que se retrase en el avance de la
obra y en el cumplimiento del plazo previsto.
Luego de algunas semanas de estar realizando
Liu el pago de cupos a la mafia de la construcción la policía identifica y
captura a los delincuentes con una acción decidida de la fiscalía cuya denuncia
permite que los responsables del delito de extorsión sean puestos en prisión mientras dura el
juicio. La actuación judicial libera de la pesadilla a la pareja que vuelve a re-encontrarse
y reiniciar sus salidas. Se habían extrañado mucho durante las semanas que no
pudieron verse. Así que para ambos era una necesidad imperiosa recuperar el
tiempo perdido…
-Meiling, le dice Liu ya más tranquilo,
sereno y relajado, en una noche que
compartían unos tragos en una discoteca conocida en el balneario de Asia, deseo
pedirte algo muy especial.
-Sí, ¿qué es?
-Quiero declararte mi amor y pedirte que seas
mi enamorada.
-Ja,ja,ja, ay apreciado amiguito, no te has
dado cuenta de nada. Eres muy formal y cariñoso, por eso te valoro mucho…¡y debo
responderte formalmente que no!…
-Perdón querida amiga. He escuchado mal. Por favor repíteme lo que has dicho.
-Ja,ja,ja, te digo que no…primero es el
compromiso en terminar bien la obra ¿acaso no te has ya comprometido a dar esa
prioridad? además no es necesario que me
pidas algo que es tan obvio, el sí que me pides está demás. Pero igual, te digo
sí, sí y sí… Ella toma la iniciativa, lo abraza muy cariñosamente y de su
propia iniciativa le da un beso apasionado a Liu, quién igualmente responde a
ese beso y la abraza con mucha fuerza. Siente que su amor es correspondido.
A partir de ese momento Liu, siente que vive
un sueño, un lindo sueño, que se inicia intensamente a partir de ese día, con
una pasión que va creciendo entre ambos; sabe que por lo tradicional que es la
familia de su pareja, debe cumplir con pedirle a su padre, que lo acepte como
enamorado de su hija; pero teme que el viejo señor reaccione mal por el retraso
en la obra, debido a la demora ocasionada por los problemas debido a la mafia
de la construcción. Era consciente que lo que hacían juntos en muchas ocasiones
no era precisamente recuperar el tiempo perdido en el avance de la obra sino
que lo dedicaban a sus encuentros amorosos en una amplia suite con jacuzzi que
el dueño del lujoso hotel cedía en uso a Liu
en agradecimiento por la hermosa obra ejecutada. Vivían así una gran
pasión con una luna de miel anticipada.
Liu era consciente de que la construcción
avanzaba lentamente por la poca frecuencia en sus visitas a la
obra para absolver las consultas requeridas. Esa labor delegada en el residente
de obra correspondía resolverla a Liu
como arquitecto autor del proyecto. El descuidaba la supervisión, no permanecía
el tiempo suficiente, entraba, revisaba rápidamente la obra, no seguía con
detenimiento el desarrollo de la ejecución, daba breves indicaciones y salía
presurosamente mientras Meiling esperaba para dirigirse ambos a ese lugar
especial, su nido de amor.
Ante la demora en la culminación de la obra,
que ya había excedido con creces el plazo ofrecido, el viejo don Jaime empezó a
sospechar que algo inusual pasaba. Por este motivo decide contratar los servicios de
una agencia privada de detectives para que los siga e informe de los
pasos de ambos. El encargo era saber el tiempo que Liu dedicaba a la obra, adónde
iba con su hija, qué hacían, dónde, con quién o quiénes se reunían. Don Jaime quería
un informe detallado acompañado de
videos y fotos.
Después
de un seguimiento muy discreto durante diez días seguidos, los detectives
registran todas las actividades de la pareja utilizando cámaras de video y fotografía de alta sensibilidad y un
poderoso zoom, luego de ingeniarse en
colocar esos equipos en la habitación del hotel que frecuentaba la pareja. Las
andanzas de la hija de don Jaime con
Liu confirman la sospecha del viejo
señor de que salían como una pareja de
amantes furtivos. Y consigue obtener pruebas muy documentadas de todo ello.
Algunas muy escabrosas para su gusto. Se da cuenta así que ese era el verdadero
motivo del atraso en la obra. Lo que no sabía don Jaime, es que además una
parte significativa del dinero de la obra, Liu lo gastaba en regalos y en
llevar a lujosos sitios a Meiling, su
pasión.
Al ser informado de la situación, el viejo
señor le comenta furioso a su esposa:
-¡Qué se ha creído este
sinvergüenza de Liu! ¡Ha mancillado el honor de la familia!
-Cálmate Jaime, tranquilo;
ella es joven y se ha enamorado. Acaso no te acuerdas cuando éramos jóvenes y hacíamos
lo mismo, le increpa la madre de Meiling. Recuerda Jaime, recuerda y eso que
eran otros tiempos, muchos más conservadores que ahora.
-¡Pero es distinto! Yo
siempre cumplía mi trabajo y no descuidaba el negocio que mi padre, tu suegro
me encargó. Siempre fui muy responsable en todo. Este muchacho Liu es un
incumplido que está corrompiendo a
nuestra hija. Ya han pasado varios meses y no puede terminar y entregar la
obra. Se suponía que el proyecto con licencia y todo debía estar aprobado en
tres meses, y la obra me la ofreció entregar en nueve meses con la conformidad
de obra y declaración de fábrica. Y nada de eso se ha logrado.
-¡Ay Jaime! Sabes que la
mafia de extorsionadores afectó el avance de obra. Lo que debes hacer cuanto
antes es conversar seriamente con el joven, exigirle que recupere el tiempo
perdido y darle un último plazo para que lo cumpla, también verifica bien que
lo invertido con el dinero entregado esté correctamente justificado. Yo me
encargo de hablar con nuestra hija.
-Está bien. Me encargaré de
eso. Pero tú por favor conversa bien con nuestra hija sobre este amorío que no
está siguiendo los cauces correctos.
- Ahora resulta que ya la vaca no se acuerda cuando fue ternera…
-No me hables de vacas, yo
siempre fui fuerte como un toro y tú mi vaquita, mi ternerita, siempre tierna
pero muy dama. ¡Pero, este caso es distinto, acaso no has visto esos videos y esas fotos
escandalosas! Tu hija no ha tenido reparos en hacer cosas que nosotros nunca
nos atrevíamos a hacer! Es horroroso ver esa foto en que tu hija le hace sexo
oral a ese enfermo de Liu.
-¡Ya, Jaime! Si tú de joven no
querías hacer nada fuera de lo que considerabas normal, era porque a ti nunca
se te ocurrió. Yo siempre estuve dispuesta. Así que déjalos, son enamorados, no
te metas en su intimidad.
-¿Qué cosa, qué cosa me
estás diciendo? ¿Acaso yo te trataba como una mujer cualquiera? Como mujer,
como dama yo siempre te traté, te demostré mi amor, pero respetándote; no
haciendo cochinadas, como le hace cometer ese Liu a nuestra hija.
-Escucha Jaime, es otra
época. Cuando hay amor, todo lo que una pareja hace en la cama o en cualquier
lugar es un asunto privado que sólo a ellos concierne. Y si les gusta y lo
disfrutan pues que gocen. Para eso son jóvenes en la plenitud de sus energías.
Lo que pasa es que los tiempos han cambiado, déjalos tranquilos, yo ya hablaré
con ella.
-Pero, como dices eso. Ni
siquiera han formalizado compromiso alguno. No me ha pedido la mano de tu hija. Ni siquiera son novios, peor aún todo
lo que hacen es a espaldas nuestras.
-No, Jaime. No es culpa de
tu hija, de nuestra hija. Ya formalizarán más adelante.
-No, mujer. Yo voy
inmediatamente a hablar con Ramón, el padre de Liu para que sepan qué clase de
hijo tienen. Faltarnos el respeto de esa manera. Es deshonroso. Le voy a exigir
de una vez, que se comprometan o se dejen de tonterías, pues no pueden estar
haciendo estas cosas a escondidas.
-Es tu culpa Jaime. De
adolescente, a nuestra hija ni siquiera la dejabas ir a fiestas. La controlabas
excesivamente y lo que ahora pasa es resultado de eso. Es cierto, Liu es su
primer enamorado y ya se ha rendido a sus pies. En lo que a mí concierne este
chico me cae muy bien, pues es muy afectuoso y cortés, además muy culto y
preparado. Y es de buena familia, es hijo de tu mejor amigo, recuerda; Ramón
seguro conoce muy bien tus andanzas de soltero. Viejo, déjate de cosas y
tranquilízate. Liu creo que es un buen
partido para nuestra hija, que ya está entrando a una edad para vestir santos.
-Pero, te vuelvo a insistir.
Ni siquiera tienen compromiso formal. A fornicar se han dedicado en nuestras
narices. Voy a hablar con su familia para que se aclaren y definan las cosas.
-¿Qué quieres? ¿Que tu hija
se entere que la has mandado seguir para que la investiguen y se metan con su
vida privada, su vida íntima, tomándole fotos y videos? Ella ya no es una niña.
Es una señorita de veintiocho años y ya tiene sus necesidades. No, Jaime esos
benditos videos y fotos, por favor me los quemas y lo botas convertidos en
cenizas.
-Pero es nuestra única hija
y nos hace eso, sin comprometerse, sin decirnos nada. Tienes razón sí, en que debo quemar esas pruebas de su
comportamiento, de su conducta furtiva. Parecen fotos y videos pornográficos.
-No viejo, te vuelvo a
repetir lo que han hecho y hacen, es normal en una pareja enamorada. A ti
Meiling no te habrá dicho nada, es algo tan obvio y no te has dado cuenta. Pero
yo soy muy observadora y ya me he dado cuenta que nuestra hija está enamorada
desde un comienzo, desde que conoció a Liu. Con su mirada de carnero degollado,
yo me percaté de ello en la primera semana que se conocieron. Y tú nada por
estar metido en el trabajo. Ya ella me contó que están enamorados y que ya Liu
desea pedirte la mano pero te tiene
miedo. Y para tu conocimiento, quieren casarse pronto.
-¿Qué cosa? ¿No querrás
decirme que ya está embarazada?
-No, viejo. No, no y no.
Ella sabe cuidarse y todo me cuenta. Si no te he dicho nada a ti, es porque
eres un viejo cascarrabias.
-¡Ay, carajo! ¡Qué idiota he
sido! Entonces tú hablas con ella y aconséjala bien, para que ya definan su
situación. Seguro que quieres que me haga el tonto, pero no, de todas maneras hablaré con Liu directamente
para decirle que se comporte como un caballero, sea hombre y me diga las cosas
cara a cara y que no me siga tonteando con el pretexto del bendito proyecto
para estar corrompiendo a mi hija, tu hija. Quiero que sepa de una vez, por
todas que a mí no se me hace eso, justo a mí venir con este cuento primero de la mafia de extorsionadores
y ahora de los detalles ornamentales que son muy complicados. Así no hay cuando la termine.
Mientras tanto, Meiling ya
había hablado bien con su madre y por la gran confianza que le tenía ya le
había confesado que estaba embarazada de un mes. Le preocupaba que Liu tuviera
temor de enfrentarse a su padre don Jaime. Así que ya habían quedado con el
papá de Liu, don Ramón y su esposa que los
invitarían en la semana próxima a una
cena en casa para que los padres de Meiling asistan para allí formalizar el compromiso y fijar
fecha para casarse antes de que se notase la pancita. Y lo iban a hacer con una cena especial, que
incluía la presencia de un grupo de danza tradicional del “León chino”.
En esa reunión se
formalizaría muy pronto el compromiso de matrimonio de la pareja. Lo que no
sabían ambos, ni Meiling ni Liu, era que don Ramón estaba con los negocios a
punto de quebrar por la evasión de impuestos no declarados,
que la SUNAT ya había detectado, imponiéndole altas multas a sus
negocios que ponían en jaque su estabilidad financiera. Así que según pensaba
interesadamente don Ramón, si se
realizaba el matrimonio cuanto antes, sería una tabla de salvación para la
familia de ellos y de su propio hijo Liu que últimamente había visto afectada su
labor profesional y su situación económica. Lo que desconocía don Ramón era que su amigo
Jaime tenía también un problema económico
casi similar.
Don Jaime a su vez, pensaba que
don Ramón, con la unión familiar, podía ayudarle al salvataje financiero de sus
empresas para salir adelante por las serias pérdidas debido a inversiones mal
orientadas. Desde el punto de vista comercial el matrimonio iba a ser un chasco
para ambos viejos zamarros. Pero para la pareja de enamorados la ternura y el
amor iba a consolidar una gran pasión.
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ResponderEliminarApreciados lectores:
EliminarComo autor de esta narración he pretendido dar una idea de cómo acontecen hechos muy similares a la realidad, en que influyen situaciones inesperadas, sorpresivas que son más frecuentes que lo que se piensa. Claro, la ficción es lo que predomina para dramatizar lo que en la vida cotidiana parece algo totalmente normal.
Espero comentarios críticos que me permitan mejorar aspectos que a ustedes les parezca inconsistentes, redundantes o fuera de lugar.
Gracias por sus aportes y paciencia.
Cordialmente,
El autor