miércoles, 11 de julio de 2012

Amor contra viento y marea


Julio Chang Lam


Luego de estudiar en una prestigiosa Universidad de Beijing Liu regresa a su país ilusionado con aplicar sus conocimientos en el centenario arte  del Feng Shui que los antiguos chinos utilizaban en la construcción de  edificaciones con el fin de fomentar la armonía y la buena suerte en base a la correcta distribución de espacios, ambientes, mobiliario, objetos y plantas dentro de una obra arquitectónica.

Apenas regresó, su padre lo contactó con un próspero empresario amigo de la familia. Así Liu sale a entrevistarse con el  posible cliente en su mansión localizada en un  sector residencial de la Molina. Ubica  la residencia fuertemente resguardada por agentes de seguridad. Lo que ve al traspasar el cerco  de la fachada, pese a su vasta experiencia profesional, le impresiona sobremanera. Observa con asombro que es una lujosa vivienda rodeada de enormes jardines con fuentes de agua, pisos de lajas de piedra con enormes árboles  y arbustos ornamentales de exótica fragancia  cuya entrada está acompañada con esculturas de dos enormes dragones en piedra y una portada al estilo chino con las cubiertas inclinadas y frisos decorados con ideogramas del ying y el yang. Las ventanas de madera tienen carpintería de madera de  color rojo con diseño chinesco. Al fondo destaca una gran piscina frente a una pérgola muy hermosa con ornamentos de estilo oriental.

Cuando ingresa lo recibe un respetuoso mayordomo que lo hace pasar a un área de espera en que resaltan los muebles de  estilo chino. Liu observa el ambiente y piensa: ¡Qué impresionante! ¡Qué bella artesanía! ¡Lindos muebles tallados!, ¡Uf, qué enormes y finos jarrones de porcelana! ¡Oh, hermosísimo el altar con las efigies de los dioses Kwan Ying y Kuan Kung! ¡Finamente representados la Diosa de la paz y el Dios de la justicia!

Mientras mira y disfruta absorto de esa ambientación tan singular, aparece un señor de edad madura, bastante alto, muy jovial que con ademanes corteses agradece al mayordomo quién discretamente se retira. El señor de porte distinguido, elegantemente vestido a la usanza china, se acerca a Liu con los brazos abiertos, recibiéndolo con un cordial abrazo.

-¡Aja! Así, que tú eres Liu el hijo de don Ramón. Bienvenido. Mi nombre es Hoimin, pero me dicen Jaime. Me cuenta tu papá que has aprendido el arte del Feng Shui. En nuestro pueblo de origen, no se podía construir si es que no había un buen maestro en ese arte. Mucho gusto de recibirte y conocerte. Se nota que eres bien joven. ¿Cuántos años tienes?

-Tengo treintaicinco años, don Jaime, gracias por la oportunidad que me ofrece. Mi papá me habló mucho de usted. Como verá soy joven, pero tengo  experiencia con  más de diez años en el ejercicio de la construcción. Tengo varios proyectos construidos antes de viajar a Beijing, que puede usted apreciar en este portafolio.

- A ver…

-Estos proyectos que le muestro en tres dimensiones, son los últimos que hice. Destaca éste de un hotel y spa…cuyo propietario es también amigo de mi padre y quizás suyo, es un empresario muy reconocido entre los paisanos de la sociedad china.

-Ah! Si lo conozco, es de nuestro mismo pueblo…muy hábil en los negocios. Me gusta ese proyecto, muy bonitas  las fachadas de su hotel. Se nota que son de estilo muy original, pero ecléctico. Yo prefiero  el estilo tradicional chino…lo puedes notar en mi casa donde no he escatimado gasto alguno para que esté acondicionado a mi gusto y  de mi esposa, con artesanía traída de la China. En el proyecto que tengo en mente, sobre todo por ser un restaurante de comida oriental, requiero  un concepto tradicional concordante con ese estilo. En la distribución funcional de tu proyecto  aprecio buen manejo de las  proporciones con adecuada conexión de espacios interiores y exteriores, pero me parece que le falta más área verde, fuentes de agua y el estilo tradicional que yo prefiero. Estos criterios lo quisiera en mi proyecto…no lo olvides, daría un gran  efecto de diferenciación respecto a otros proyectos.

-Ya verá usted, yo diseño mis obras a la medida de las necesidades y gustos de los encargos profesionales que recibo, con muchísima mayor razón si proviene  de usted que es amigo de mi padre.

-Muy bien, Liu te explicaré brevemente lo que quiero. Esperamos que nos ayudes  con el proyecto de un restaurante de estilo tradicional, que deseamos sea el más lujoso y elegante de Lima; que esté rodeado de jardines y fuentes de agua. El terreno está ubicado en la zona de La Molina delante de un cerro, justo protegido por el tigre y el dragón del Feng Shui. La capacidad debe ser para no menos de seiscientos comensales con mesas distribuidas alrededor de pequeños jardines zen en que se sienta el sonido del agua. Tú seguramente sabes  que el agua es un elemento que cuando se escucha fluir ayuda a sentirse relajado. Es justamente uno de los principios del Feng Shui sentir tranquilidad, armonía y paz.

-Entiendo don Jaime. Podemos aplicar los principios del Feng Shui,  justamente con el uso combinado del agua en jardines con peces dorados se da armonía y belleza al ambiente. Ya verá usted que la combinación de agua, madera y piedra con los demás elementos tradicionales  resaltarán la arquitectura del proyecto. ¿Seguramente querrá que incluya los típicos colores rojo y dorado con efigies de dragones y pinturas de paisajes chinos?

-Sí. Claro, con toda la ornamentación oriental. Pero, primero me gustaría ver tus esquemas y planteamientos. Ojo, que los aspectos funcionales con correctas dimensiones son para mí la base del proyecto; pienso en una capacidad para seiscientos comensales que se sientan en un espacio con mucha sensación de familiaridad y privacidad.  Además necesitamos  tener estacionamiento por lo menos para cien vehículos, que podríamos ponerlo en uno o dos semisótanos. ¿Te parece bien?

-Sí, entiendo sus recomendaciones. Es importante que el parqueo no quite espacio al área del restaurante. Para el público es importantísimo una buena entrada que cause impresión resaltada con jardines ornamentales, una fuente con pececillos dorados y dos efigies de leones chinos en la entrada a modo de guardianes, luego una amplia recepción, con una portada que indique el nombre del restaurante. Don Jaime, confíe en mí. Desarrollaré unos primeros bocetos luego de ver el terreno, verificaré cuál es la dirección del tráfico, si hay postes, la intensidad del viento y del asoleamiento, asimismo verificaré qué tipo de edificaciones hay al costado. Aplicaré bien los principios del Feng Shui.

-Correcto Liu. Me parece que tienes claridad respecto a lo que quiero. Mi hija Meiling te llevará a conocer el terreno comprado, que tiene mil doscientos metros cuadrados. Este es el título de propiedad para que chequees las dimensiones. Luego don Jaime llama a su hija, quién llega casi inmediatamente.

 –Meiling  te presento al arquitecto  Liu, el hijo de don Ramón. Nos va demostrar su talento y tú ayudarás a que se concrete nuestro ambicioso proyecto. Por favor llévalo al terreno y coméntale en mayor detalle lo que queremos.

-Mucho gusto Liu. Encantada de conocerte. Estoy a tu disposición.

-El gusto es mío, dice Liu, impresionado por la belleza apacible que trasmite  su sereno rostro y porte deportivo, a la que se suma  la elegancia en el vestir.

-Bueno, si deseas podemos ir al terreno en estos momentos.

-Si,  de acuerdo. Despidiéndose de don Jaime, se levanta para salir diciéndole: -Conforme, don Jaime chequearé los datos del terreno y estaré informándole de lo que se puede hacer. Gracias por la grata compañía que me brinda.

-Muy bien Liu, dice don Jaime dándole un fuerte apretón de mano y una afectuosa palmada en la espalda. Seguiremos en contacto. No me distraigas mucho a Meiling. Saluda a tu papá y dale un abrazo de mi parte. Dile que lo invito a casa el próximo fin de semana a cenar a él y tu mamá. Tú también estás invitado. También indícale que luego vamos a jugar mahjong; sabes que a tu papá ese juego de dominó chino le gusta mucho ¿no?

-Si. Gracias, don Jaime. Le diré a mi papá.

-OK. ¿Tienes movilidad o vamos en mi carro? Pregunta Meiling.

-He venido con movilidad, tú me indicas la ruta.


- De acuerdo, Liu. Vamos.

Así se conocen. Liu la observa con detenimiento y piensa que debe ser casi de su misma edad. En el trayecto, Liu le pregunta–Me parece que te conozco de algún sitio. ¿No has estudiado en el colegio Juan XXIII?

-Sí, terminé en el año dos mil. ¿Tú has estudiado allí también?

-Así es, pero terminé dos años antes. Recuerdo haberte visto en un recital de poesía y en una escena de teatro escolar.  Te veía como una niñita muy talentosa, destacabas sobre los demás; recuerdo que era la escenificación de una obra de…un tal Brecht.

-De… ¡Bertolt Brecht! Qué buena memoria tienes. Después de tanto tiempo acordarte de esos detalles. ¿Hasta del nombre de la obra te debes acordar?

-No tanto. ¿Cómo se llamaba esa obra?

- Fue la obra “Madre Coraje y sus hijos”. ¿Recuerdas?

-Sí, fue una obra muy impactante. En realidad tu actuación fue impresionante y tu imagen de niña actriz se me grabó en la memoria. Cómo es la vida. ¡Sorprendente! Volvernos a ver gracias al trabajo que voy a hacer para tu papá.

-Espero que cumplas bien con el encargo y no te distraigas en otros trabajos. Prioriza el nuestro. Yo me voy a encargar de chequearte. Por si acaso, te voy aclarando ¿ya? Te voy a hacer seguimiento…

-Así va ser amiga. Encantadísimo que me controles y mejor si es todos los días. Sobre todo, por este afortunado re-encuentro. Me va a ser muy grato trabajar junto a ti. Por ti voy a esmerarme muchísimo más en este proyecto…

-¿Por mí? Gracias, por tus corteses palabras pero pienso que debes preocuparte más por la responsabilidad y compromiso con mi padre.  Así que no es necesario que me alabes tanto, no quiero distraerte del proyecto.

Ese fin de semana luego de verificar las medidas del terreno,  tomar  fotos al lote y al entorno del mismo, Liu comienza a darle vueltas a ideas del proyecto, toma en cuenta las ideas de Meiling que además de aficionada al teatro destacaba en el campo del diseño de interiores y paisajismo; ella gustaba del diseño y mantenimiento de jardines. Con ella  a su lado Liu siente  más agradable y llevadero el trabajo.

Liu coordinaba con  ella el desarrollo del proyecto en su estudio bastante  amplio,  muy acogedor y elegante, con su amplia oficina y ambientes del equipo de sus colaboradores con muy buena vista de los parques y edificios vecinos desde el  décimo piso de la torre empresarial. Allí casi todos los días luego de terminar la jornada  salían juntos. Así  con el proyecto listo   van a presentarlo  a don Jaime.

Luego de ver el proyecto y hacer algunos comentarios don Jaime le dice a Liu: -Muy bien, con los pequeños ajustes que debes hacer al proyecto y el presupuesto, acepto que inicies la obra  para que lo termines en nueve meses según tu  cronograma de ejecución. Creo que el proyecto justifica el monto de la obra que me propones, pero eso sí, tienes que esmerarte en los  detalles decorativos y acabados de primera. Y por favor, cúmpleme con los plazos pues  necesito poner el negocio en funcionamiento cuanto antes. La inauguración del local espero que  impresione  a todos mis invitados: familiares, amigos e importantes empresarios del medio.

Después de las frecuentes visitas a obra, ambos comenzaron a salir con mayor    asiduidad, desarrollándose una amistad y confianza mutua que fue creciendo en intensidad, primero con invitaciones a refrigerios al paso, después almuerzos, cenas y paseos juntos a lo largo de la Costa Verde, y al final terminaron bailando y divirtiéndose alegremente en las  discotecas de moda,  hasta que una noche que Liu estaba con Meiling recibe una llamada desconocida a su celular.

-¿Señor arquitecto Liu?

-Sí, ¿quién habla?

-Soy el representante del “Sindicato de Construcción Civil” y necesitamos que en la obra que usted ha iniciado,  mañana mismo ingrese a trabajar el personal que le recomendaremos.

-¿Perdón? Sólo puedo decirle que el personal de obra ya está seleccionado y trabaja conmigo desde hace mucho tiempo… es gente de mi entera confianza.

-¡Señor Liu no le estoy consultando ni pidiendo un favor! el día de mañana se acercará el personal sindicalizado que deberá incorporarse inmediatamente a su obra; con ello usted tendrá garantías de no tener problema alguno y podrá trabajar tranquilo. Además…lo felicito por su buen gusto, muy linda la chinita con la que sale… por si acaso le advierto que no queremos que le pase nada a ella ni a usted…y obviamente, deseamos que su obra avance y no se perjudique,  no se le ocurra hablar con la policía ni con nadie al respecto.

-¿Alo, alo?  Liu no recibe ninguna respuesta, ya le habían cortado la llamada. Meiling desconcertada le pregunta: ¿Quién llamó? ¿Qué  pasa? Estás pálido y transpirando…

-No es nada, parece que hay una confusión, se han equivocado, le responde Liu, debemos regresar, disculpa tenemos que retirarnos inmediatamente.

Al día siguiente temprano Liu recibe la llamada de su asistente: -Arquitecto, se han presentado en la obra quince personas que dicen que tienen su autorización para ingresar a trabajar, pero usted sabe que el equipo está ya completo, además a esos sujetos no les veo aspecto de trabajadores de construcción, diría que más bien…parecen maleantes.

-No, no los dejes entrar. Reforzaremos la seguridad inmediatamente. Diles que vamos a llamar a la policía, son extorsionadores…

Luego de algunos minutos, Liu vuelve a recibir otra llamada, pero esta vez del mismo sujeto que lo había llamado el día anterior.

-Oiga señor Liu no ha dejado entrar a mis hombres a su obra. Ha rechazado mi propuesta y eso puede serle muy  perjudicial.

-Disculpe señor…a usted no lo conozco y la pretensión que tiene es inaceptable.

-¡Bueno, se me acabó la diplomacia, so chino de mierda! es tu decisión espero que después no vayas a lamentarte, las consecuencias pueden ser graves para tu obra, para ti y para tu pareja. Ya verán…no te me vayas a arrepentir. Te recomiendo no hacer cojudeces…

Ante esta situación Liu se preocupa y decide llamar a Meiling: -Amiga deseo hablar contigo pero no en la oficina ni en la obra, hay un problema que debo resolver y tengo que explicarte personalmente.  ¿Podemos ir  al sitio dónde solemos encontrarnos? ¿Está bien en media hora? ¡Por favor cuídate, que nadie te siga!

 -Si claro. No me asustes. ¿Qué pasa?

-Luego te explico, estoy saliendo para darte el encuentro.

Después de reunirse,  Liu le explica en detalle la situación presentada que lo obligará reforzar la seguridad de la obra y a postergar sus salidas juntos  para salvaguardar la integridad de ambos, él irá armado y acompañado de agentes privados de seguridad hasta que superen el problema.

-A mi papá debemos avisarle, le dice Meiling angustiada.

-No, no lo preocupes. Yo resolveré este problema. Lo que quieren estos sinvergüenzas no es tanto que los dejemos entrar a “trabajar” en la obra, sino que quieren extorsionar para obligarme a pagar un cupo semanal…ya lo han hecho con otros contratistas y lo manejaré de esa manera, lamentablemente eso nos afecta a todos, pero lo cubriré con mi margen de gastos generales y de utilidades de la obra. Por ahora no le digas nada a tu papá, no hay que inquietarlo.

-¿Estás seguro de lo que piensas hacer?

-Si. Lo lamento  mucho  querida amiga. Así lo han hecho otros constructores para evitarse problemas. Por nuestra seguridad dejemos de vernos un tiempo hasta superar este impase. De todas maneras haré la denuncia para ver si algo hace la policía y el ministerio público. Esta situación afecta a Liu en  sus gastos de obra y utilidades así como también en parte de los recursos destinados al pago de personal y compra de materiales para pagar a los extorsionadores. Esto ocasiona que se retrase en el avance de la obra y en el cumplimiento del plazo previsto.

Luego de algunas semanas de estar realizando Liu el pago de cupos a la mafia de la construcción la policía identifica y captura a los delincuentes con una acción decidida de la fiscalía cuya denuncia permite que los responsables del delito de extorsión  sean puestos en prisión mientras dura el juicio. La actuación judicial libera de la pesadilla a la pareja que vuelve a re-encontrarse y reiniciar sus salidas. Se habían extrañado mucho durante las semanas que no pudieron verse. Así que para ambos era una necesidad imperiosa recuperar el tiempo perdido…

-Meiling, le dice Liu ya más tranquilo, sereno y relajado, en una noche  que compartían unos tragos en una discoteca conocida en el balneario de Asia, deseo pedirte algo muy especial.

-Sí, ¿qué es?

-Quiero declararte mi amor y pedirte que seas mi enamorada.

-Ja,ja,ja, ay apreciado amiguito, no te has dado cuenta de nada. Eres muy formal y cariñoso, por eso te valoro mucho…¡y debo responderte formalmente que no!…

-Perdón querida  amiga. He escuchado mal. Por favor  repíteme lo que has dicho.

-Ja,ja,ja, te digo que no…primero es el compromiso en terminar bien la obra ¿acaso no te has ya comprometido a dar esa prioridad? además  no es necesario que me pidas algo que es tan obvio, el sí que me pides está demás. Pero igual, te digo sí, sí y sí… Ella toma la iniciativa, lo abraza muy cariñosamente y de su propia iniciativa le da un beso apasionado a Liu, quién igualmente responde a ese beso y la abraza con mucha fuerza. Siente que su amor es correspondido.

A partir de ese momento Liu, siente que vive un sueño, un lindo sueño, que se inicia intensamente a partir de ese día, con una pasión que va creciendo entre ambos; sabe que por lo tradicional que es la familia de su pareja, debe cumplir con pedirle a su padre, que lo acepte como enamorado de su hija; pero teme que el viejo señor reaccione mal por el retraso en la obra, debido a la demora ocasionada por los problemas debido a la mafia de la construcción. Era consciente que lo que hacían juntos en muchas ocasiones no era precisamente recuperar el tiempo perdido en el avance de la obra sino que lo dedicaban a sus encuentros amorosos en una amplia suite con jacuzzi que el dueño del lujoso hotel cedía en uso a Liu  en agradecimiento por la hermosa obra ejecutada. Vivían así una gran pasión con una luna de miel anticipada.

Liu era consciente de que la construcción avanzaba lentamente por la poca frecuencia en sus visitas   a la obra para absolver las consultas requeridas. Esa labor delegada en el residente de obra  correspondía resolverla a Liu como arquitecto autor del proyecto. El descuidaba la supervisión, no permanecía el tiempo suficiente, entraba, revisaba rápidamente la obra, no seguía con detenimiento el desarrollo de la ejecución, daba breves indicaciones y salía presurosamente mientras Meiling esperaba para dirigirse ambos a ese lugar especial, su nido de amor.

Ante la demora en la culminación de la obra, que ya había excedido con creces el plazo ofrecido,  el viejo don Jaime empezó   a sospechar que algo inusual pasaba. Por este motivo decide contratar los  servicios de  una agencia privada de detectives para que los siga e informe de los pasos de ambos. El encargo era saber el tiempo que Liu dedicaba a la obra, adónde iba con su hija, qué hacían, dónde, con quién o quiénes se reunían. Don Jaime quería un  informe detallado acompañado de videos y fotos.
  
 Después de un seguimiento muy discreto durante diez días seguidos, los detectives registran todas las actividades de la pareja utilizando  cámaras de video   y fotografía de alta sensibilidad y un poderoso zoom, luego de  ingeniarse en colocar esos equipos en la habitación del hotel que frecuentaba la pareja. Las andanzas    de la hija de don Jaime con Liu  confirman la sospecha del viejo señor de que salían como una pareja   de amantes furtivos. Y consigue obtener pruebas muy documentadas de todo ello. Algunas muy escabrosas para su gusto. Se da cuenta así que ese era el verdadero motivo del atraso en la obra. Lo que no sabía don Jaime, es que además una parte significativa del dinero de la obra, Liu lo gastaba en regalos y en llevar a lujosos sitios a Meiling,  su pasión.

   Al ser informado de la situación, el viejo señor le comenta furioso a su esposa:

-¡Qué se ha creído este sinvergüenza de Liu! ¡Ha mancillado el honor de la familia!

-Cálmate Jaime, tranquilo; ella es joven y se ha enamorado. Acaso no te acuerdas cuando éramos jóvenes y hacíamos lo mismo, le increpa la madre de Meiling. Recuerda Jaime, recuerda y eso que eran otros tiempos, muchos más conservadores que ahora.

-¡Pero es distinto! Yo siempre cumplía mi trabajo y no descuidaba el negocio que mi padre, tu suegro me encargó. Siempre fui muy responsable en todo. Este muchacho Liu es un incumplido que  está corrompiendo a nuestra hija. Ya han pasado varios meses y no puede terminar y entregar la obra. Se suponía que el proyecto con licencia y todo debía estar aprobado en tres meses, y la obra me la ofreció entregar en nueve meses con la conformidad de obra y declaración de fábrica. Y nada de eso se ha logrado.

-¡Ay Jaime! Sabes que la mafia de extorsionadores afectó el avance de obra. Lo que debes hacer cuanto antes es conversar seriamente con el joven, exigirle que recupere el tiempo perdido y darle un último plazo para que lo cumpla, también verifica bien que lo invertido con el dinero entregado esté correctamente justificado. Yo me encargo de hablar con nuestra hija.

-Está bien. Me encargaré de eso. Pero tú por favor conversa bien con nuestra hija sobre este amorío que no está siguiendo los cauces correctos.

- Ahora resulta que ya  la vaca no se acuerda cuando fue ternera…

-No me hables de vacas, yo siempre fui fuerte como un toro y tú mi vaquita, mi ternerita, siempre tierna pero muy dama. ¡Pero, este caso es distinto,  acaso no has visto esos videos y esas fotos escandalosas! Tu hija no ha tenido reparos en hacer cosas que nosotros nunca nos atrevíamos a hacer! Es horroroso ver esa foto en que tu hija le hace sexo oral a ese enfermo de Liu.

-¡Ya, Jaime! Si tú de joven no querías hacer nada fuera de lo que considerabas normal, era porque a ti nunca se te ocurrió. Yo siempre estuve dispuesta. Así que déjalos, son enamorados, no te metas en su intimidad.

-¿Qué cosa, qué cosa me estás diciendo? ¿Acaso yo te trataba como una mujer cualquiera? Como mujer, como dama yo siempre te traté, te demostré mi amor, pero respetándote; no haciendo cochinadas, como le hace cometer ese Liu a nuestra hija.

-Escucha Jaime, es otra época. Cuando hay amor, todo lo que una pareja hace en la cama o en cualquier lugar es un asunto privado que sólo a ellos concierne. Y si les gusta y lo disfrutan pues que gocen. Para eso son jóvenes en la plenitud de sus energías. Lo que pasa es que los tiempos han cambiado, déjalos tranquilos, yo ya hablaré con ella.

-Pero, como dices eso. Ni siquiera han formalizado compromiso alguno. No me ha pedido la mano  de tu hija. Ni siquiera son novios, peor  aún  todo lo que hacen es a espaldas nuestras.

-No, Jaime. No es culpa de tu hija, de nuestra hija. Ya formalizarán más adelante.

-No, mujer. Yo voy inmediatamente a hablar con Ramón, el padre de Liu para que sepan qué clase de hijo tienen. Faltarnos el respeto de esa manera. Es deshonroso. Le voy a exigir de una vez, que se comprometan o se dejen de tonterías, pues no pueden estar haciendo estas cosas a escondidas.

-Es tu culpa Jaime. De adolescente, a nuestra hija ni siquiera la dejabas ir a fiestas. La controlabas excesivamente y lo que ahora pasa es resultado de eso. Es cierto, Liu es su primer enamorado y ya se ha rendido a sus pies. En lo que a mí concierne este chico me cae muy bien, pues es muy afectuoso y cortés, además muy culto y preparado. Y es de buena familia, es hijo de tu mejor amigo, recuerda; Ramón seguro conoce muy bien tus andanzas de soltero. Viejo, déjate de cosas y tranquilízate. Liu creo que  es un buen partido para nuestra hija, que ya está entrando a una edad para vestir santos.

-Pero, te vuelvo a insistir. Ni siquiera tienen compromiso formal. A fornicar se han dedicado en nuestras narices. Voy a hablar con su familia para que se aclaren y definan las cosas.

-¿Qué quieres? ¿Que tu hija se entere que la has mandado seguir para que la investiguen y se metan con su vida privada, su vida íntima, tomándole fotos y videos? Ella ya no es una niña. Es una señorita de veintiocho años y ya tiene sus necesidades. No, Jaime esos benditos videos y fotos, por favor me los quemas y lo botas convertidos en cenizas.

-Pero es nuestra única hija y nos hace eso, sin comprometerse, sin decirnos nada. Tienes razón sí,  en que debo quemar esas pruebas de su comportamiento, de su conducta furtiva. Parecen fotos y videos pornográficos.

-No viejo, te vuelvo a repetir lo que han hecho y hacen, es normal en una pareja enamorada. A ti Meiling no te habrá dicho nada, es algo tan obvio y no te has dado cuenta. Pero yo soy muy observadora y ya me he dado cuenta que nuestra hija está enamorada desde un comienzo, desde que conoció a Liu. Con su mirada de carnero degollado, yo me percaté de ello en la primera semana que se conocieron. Y tú nada por estar metido en el trabajo. Ya ella me contó que están enamorados y que ya Liu desea pedirte la mano  pero te tiene miedo. Y para tu conocimiento, quieren casarse pronto.

-¿Qué cosa? ¿No querrás decirme que ya está embarazada?

-No, viejo. No, no y no. Ella sabe cuidarse y todo me cuenta. Si no te he dicho nada a ti, es porque eres un viejo cascarrabias.

-¡Ay, carajo! ¡Qué idiota he sido! Entonces tú hablas con ella y aconséjala bien, para que ya definan su situación. Seguro que quieres que me haga el tonto, pero no,  de todas maneras hablaré con Liu directamente para decirle que se comporte como un caballero, sea hombre y me diga las cosas cara a cara y que no me siga tonteando con el pretexto del bendito proyecto para estar corrompiendo a mi hija, tu hija. Quiero que sepa de una vez, por todas que a mí no se me hace eso, justo a mí venir con este  cuento primero de la mafia de extorsionadores y ahora de los detalles ornamentales que son muy complicados. Así  no hay cuando la termine.

Mientras tanto, Meiling ya había hablado bien con su madre y por la gran confianza que le tenía ya le había confesado que estaba embarazada de un mes. Le preocupaba que Liu tuviera temor de enfrentarse a su padre don Jaime. Así que ya habían quedado con el papá de Liu,  don Ramón y su esposa que los  invitarían en la semana próxima a una cena en casa para que los padres de Meiling asistan  para allí formalizar el compromiso y fijar fecha para casarse antes de que se notase la pancita.  Y lo iban a hacer con una cena especial, que incluía la presencia de un grupo de danza tradicional del “León chino”.

En esa reunión se formalizaría muy pronto el compromiso de matrimonio de la pareja. Lo que no sabían ambos, ni Meiling ni Liu, era que don Ramón estaba con los negocios a punto de quebrar por la evasión de impuestos no  declarados,  que la SUNAT ya había detectado, imponiéndole altas multas a sus negocios que ponían en jaque su estabilidad financiera. Así que según pensaba interesadamente  don Ramón, si se realizaba el matrimonio cuanto antes, sería una tabla de salvación para la familia de ellos y de su propio hijo Liu que últimamente había visto afectada su labor profesional y su situación económica.  Lo que desconocía don Ramón era que su amigo Jaime tenía también  un problema económico casi similar.

Don Jaime a su vez, pensaba que don Ramón, con la unión familiar, podía ayudarle al salvataje financiero de sus empresas para salir adelante por las serias pérdidas debido a inversiones mal orientadas. Desde el punto de vista comercial el matrimonio iba a ser un chasco para ambos viejos zamarros. Pero para la pareja de enamorados la ternura y el amor iba a consolidar una gran pasión.

2 comentarios:

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    1. Apreciados lectores:

      Como autor de esta narración he pretendido dar una idea de cómo acontecen hechos muy similares a la realidad, en que influyen situaciones inesperadas, sorpresivas que son más frecuentes que lo que se piensa. Claro, la ficción es lo que predomina para dramatizar lo que en la vida cotidiana parece algo totalmente normal.

      Espero comentarios críticos que me permitan mejorar aspectos que a ustedes les parezca inconsistentes, redundantes o fuera de lugar.

      Gracias por sus aportes y paciencia.

      Cordialmente,

      El autor

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