sábado, 18 de septiembre de 2010

La Bendecida


Ana Alemán Carmona


Santino entra en la taberna del “León de plata” para encontrarse con el Dr. Duvall, está nervioso, su mente no deja de hacer conjeturas, el lugar le parece más lúgubre que de costumbre, las paredes son de madera oscura, al igual que las mesas en las que varios parroquianos se reúnen para hacer acuerdos “importantes”, así entre vasos de vodka se echan la suerte de muchos habitantes de la ciudad de Piro, entre los criminales más asiduos está justamente el Dr. Duvall. Santino es recibido en la puerta por uno de los esbirros de Duvall, luego de pedirle que deje su espada en la barra es guiado hacia el fondo del salón, los demás parecen no darle importancia mientras camina, pero en realidad están atentos, saben que es uno de los más preciados estudiantes del Dr., y que ha caído en desgracia. Ahí está él con su cigarro encendido y su diario abierto en la página policial, “Lucía”, su espada, yace sobre la mesa como una amante demasiado ebria como para mantenerse en pie.

-Es importante que entiendan algo hijos míos, la lealtad es lo más importante en este clan, lo demás, la fortaleza, los trucos, la habilidad con la espada o con sus manos, el manejo del negocio, todo lo demás se aprende, es una cuestión de honor -con estas palabras Jean Duvall, el Dr., empezaba la formación de sus aprendices, estos eran jóvenes especialmente de la ciudad de Piro, quienes eran invitados por él a pertenecer al clan Guillon, uno de los grupos que controlaba el crimen organizado de la ciudad, claro está bajo la apariencia de ser una hermandad secreta que buscaba proteger a los ciudadanos de los atropellos de la familia real.

Santino había sido invitado a formar parte del clan desde los quince años y desde el principio fue el favorito de Duvall, entre muchas razones por lo enfocado y frío que era en batalla, no temía matar a alguien si era necesario y sobre todo no cuestionaba la autoridad de Duvall, además tenía esa estampa que tanto le gustaba al Dr. para su clan, era atractivo, muchos hubieran dicho hermoso, de facciones finas pero no delicadas, sus cabellos negros armonizaban con el azul y gélido acero de sus ojos, pese a solo tener diecisiete años el Dr. ya pensaba en él como su posible heredero, ¿quién sabe si el trono de Piro, de conseguirlo, sería para Santino. Lo que Duvall no sabía era la terrible soledad que sentía el muchacho quien sin más familia que el clan que lo acoge siente que debe haber algo más importante por qué vivir algo más que las ambiciones de un criminal o la corona de un reino igual de corrupto.
-¿Por qué justo ahora quiere verme?, he sido cuidadoso en todo momento, no creo que se haya enterado aún de Leila, no es posible.
-Siéntate -dijo secamente el Dr.- ¿quieres algo de tomar? -hizo un gesto con la mano y antes de que Santino dijera algo ya habían colocado frente a él un vaso repleto de vodka- vamos muchacho quita esa cara de espanto, ¿sabes por qué te he llamado verdad?
Vaya si lo sospechaba, pero se hizo el desentendido –la verdad no Dr., ¿hay alguna misión de la que quiere que me encargue?

Pues la verdad sí -mientras lo decía jugaba con sus dedos en la mesa –he sabido que andas muy cerca de una de esas zorras rusas, ¿es cierto no? -no miraba directamente al muchacho mientras lo interrogaba.
Estoy perdido ya lo sabe, ¿pero cómo? -el silencio de Santino fue suficiente para confirmar las sospechas del jefe del clan. -¿Cómo pudiste idiota?, ¿con una de los Vlassov, sabes de que manera has involucrado al clan?- los ojos de Duvall ahora estaban sobre Santino fuera de sus órbitas haciendo de un ya horrible rostro un espectáculo atroz.

El clan Vlassov, era el clan enemigo de los Gillon, y entre ambas familias se han disputado desde tiempos ancestrales el control de Piro, los rusos, como eran conocidos en la ciudad, sin embargo eran más aceptados por la comunidad de Piro, ya que son los guardianes del trono. La rivalidad entre ambos comenzó durante las Guerras por la Corona, donde los Vlassov, pelearon al lado de la Casa de San Mauricio, la familia regente, contra los Guillon quienes buscaban ser ellos los que accedieran al trono. Según la historia oficial fue Leonor de Argento, una Vlassov, quien dio muerte a Marcelus Guillon, y con esto terminaron las aspiraciones de los francos por el trono, de esto ya hace más de un siglo pero las heridas entre ambas familias siguen abiertas. Ahora los Vlassov están en todos los círculos de poder y los Guillon siguen agazapados en las sombras, esperando. Leila era una de las guerreras Vlassov, era hermosa, brillante y sanguinaria como todas las de su casa, educada para aniquilar al enemigo y proteger el trono y los secretos de su clan, era ella la causa de que Santino ahora estuviera temiendo por su vida.

-¿Así que tu eres el famoso Santino? -dijo con voz muy baja Leila, quien estaba escondida detrás de uno de los muros de la sala de grados de la facultad de arte.
-No sabía que ya era tan conocido por la mismísima “Bendecida” –Leila, pareció turbarse, ella no había revelado su rostro aún ¿Cómo pudo saber quien era?, desde hace mucho su nombre había sido opacado por tan gran adjetivo luego de haber sobrevivido a todos los duelos en lo que se ha enfrentado- tu fama te precede, así como tus costumbres de gata merodeadora  -dijo como adivinando y comenzó a reír– vamos muéstrate, si vas a darme fin déjame al menos mirar tu bello rostro.
-¿Oh Santino “el hermoso”, así te dicen verdad? –salió de las sombras con la espada desenvainada- ¿lo que quieres es seducirme para luego matarme?- sus pasos eran gatunos, silenciosos, ágiles, cadenciosos, Santino aguardaba con la espada en la mano y listo para saltar sobre ella- yo no soy como las demás, ¿pero tú ya sabes quién soy, verdad?
-Lo sé y, Leila, ¿estás segura que quieres morir aquí, en este salón tan espantoso? Vamos, conozco un lugar más digno de tu realeza, tal vez frente al mar –el tono sarcástico era más para calmar sus nervios que para atemorizarla a ella y así estuvieron un buen rato, retándose mutuamente hasta que las voces de los estudiantes que se hallaban en el patio estaban muy cerca del salón, se miraron y tácitamente estuvieron de acuerdo en dejar las cosas así, nunca pelearon esa noche ni ninguna otra, partieron en silencio.

Pero había algo más, no, no, no puedo amarlo, no es posible, es arrogante y vicioso, además es un criminal, es  un Guillon, pero es dulce, lo he visto con las personas del pueblo, ¿podría acaso ser una buena persona en realidad? En otro lugar de la ciudad Santino estaba teniendo dudas también, siempre la he admirado y en verdad es digna de mí, una verdadera amazona, me vuelvo loco de tanto desearla…Leila, tu nombre me sabe a noche constelada, si pudieras sentirme tú también como yo te siento así tan cerca. La pasión se abrió paso y contra todo pronóstico ambos se hicieron amantes. Debemos callar, nadie puede saberlo, no quiero ni pensar -ella temblaba dentro de sus brazos.
-Lo sé, no te inquietes, estamos seguros, cuando podamos saldremos de aquí, lo verás, nos iremos lejos, hay otras tierras más felices para nosotros, no temas, no eres la “bendecida” por accidente, nadie te dañará, a ti nunca  -se besaron tiernamente durante largo rato, el tiempo parecía detenido para los amantes enamorados.

-Y bien di algo miserable, yo que en ti había confiado  -ahora Duvall tenía tomado de la garganta a Santino y comenzó a golpearlo, la taberna se quedó vacía- vamos dime quién es.
-No, nunca, así lo supieras no podrías hacer nada, te mataría antes -la cólera fluía en las palabras del muchacho- mátame si quieres, me da igual si me destino está en tus manos, pero no diré nada -la resolución del joven sorprendió a Duvall, la lealtad después de todo existía, la de él para ella, se hizo a un lado.
-Te quería dar la oportunidad de redimirte ante mí, pero si no lo dirás, perfecto, no hace falta, tráiganla -Santino comenzó a temblar de miedo, no podía ser Leila, no ella es muy cuidadosa, pensaba- tal vez esto te abra los ojos -con cuidado Duvall puso dos bolsas de terciopelo a los pies de Santino- vamos por cual vas primero – le asestó un golpe en la boca que lo hizo sangrar –no puedes hablar, yo elegiré entonces, primero la más grande- de ella sacó un espada con rubíes incrustados en el mango, era imposible equivocarse, su corazón se aceleró descontroladamente, el acero perfectamente afilado, el sello real, era la espada de Leila –si!! Jajajjajajaj!!!! La Bendecida, ha caído, debo reconocer que tu novia dio bastante pelea, jajajjajajjaja
-Noooo que has hecho maldito, no, es posible ella te hubiera matado, ella es la mejor, no es posible, es una farsa -los tipos que lo controlaban ya casi no podían con él, estaba a punto de desatarse una gran batalla en ese lugar- voy a matarte cerdo, acabas de sellar tu sino- antes de que pudiera hacer nada volvieron a golpearlo y cayó de rodillas al suelo.
-Pero Santino dónde están tus modales, te he traído dos obsequios y quieres darme pelea sin abrir el otro, vamos que crees que es, jajajaj -del fondo del otro bolso extrajo la cabeza de Leila, sus ojos estaban cerrados y su faz tenía la tranquilidad de quien más que en batalla ha muerto rendida y resignada- aquí está tu amor, prepárenlo yo seré quien le de fin.

Santino se quedó petrificado por un momento, cómo había sido posible, pero si esta mañana la había dejado en el camino a Tournelle, era un lugar seguro, le dijo que él iría primero a las montañas a recoger algo valioso, en realidad volvió a la ciudad para culminar un último encargo que le daría mucho dinero.

Leila estaba descansando en un sendero del camino cuando vio a los espías Guillon acercarse a las montañas su intuición le decía que irían tras Santino, decidió desenfundar su espada y enfrentarlos, fue justo antes de acercarse a las montañas que los Guillon la emboscaron, ella peleo fieramente con los cuatro guerreros, sin embargo su mirada delataba una sombra poco usual en Leila pero su espada seguía siendo mortal. De repente levanto los ojos y vio a Tatiana, una guerrera Vlassov, sintió alivio.
-Hermana el Señor te envía en respuesta a mis oraciones –y así con el saludo típico entre los Vlassov Leila le daba la bienvenida a su compañera.
-Hermana a tus oraciones ha contestado el Señor de la oscuridad –los Guillon dejaron de pelear, y le abrieron el paso a Tatiana quien tomó por sorpresa a Leila y la hirió en el brazo haciéndola soltar su espada- ahora que sé que eras tú la traidora, Duvall deberá doblar su oferta, estoy entregándole a la Bendecida- la llevaron donde estaba Duvall.

Cerdo infame ¿qué quieres con tal de dejarlo en paz? -le dijo casi de rodillas pero con la voz segura al Dr.
-No lo sé, vamos chicos que puedo querer de esta zorra rusa, que no vale nada, tú y tu sangre fétida han acabado con el mejor de mis pupilos, lo he perdido por ti, ¿qué puedo querer? A ver tu cabeza bruja -casi antes de dejarla decir algo tomó su espada y asestó el golpe mortal, Leila murió sin hacer el menor ruido, en silencio- empaquen todo y busquen a Santino.

Todo de repente se nubló en la mente de Santino y no hubo más…otra vez el tiempo detenido…amor esto es por ti….

La espada del Dr., volvió a bañarse en sangre por segunda vez ese día, Santino llevó las cabezas de Duvall y de sus dos secuaces fuera de la ciudad y las arrojó para que los animales del bosque las desaparecieran, comenzó a caminar rumbo a las montañas, despacio, el viento secaba sus lágrimas y silenciaba sus gritos de dolor. 

11 comentarios:

  1. ME GUSTA

    Es idea mia o se viene toda una saga tipo el señor de los anillos :)

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  2. Hola Marlene, no sé si como LOTR eso sería lo máximo, pero si todas las historias de este libro están conectadas, y están más bien inspiradas en las películas de Tarantino o en sagas como Sin City. También escribo cosas menos oscuras pero este es mi momento de escribir sombras.....;) gracias por los comentarios!!!!
    Anita

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  3. Que buen cuento Anita!!!! Te felicito...... Claudia

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  4. Anita, mi querida y apasionada Anita, cuantas cosas creativas y oscuras salen de esa cabeza ??? me dieron escalofrios! nos haces concer y sentir a cada personaje, no se te escapa una.... quiero leer más y más!!!
    Frida Morcia

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  5. Bravazo tu cuento, me dejaste pensando! podrías incluir más personajes masculinos? o eres feminista? Saludos y éxito. CB

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  6. Me gusto mucho, pero no pudiste encontrar un final menos trágico??...Pilar

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  7. "tú y tu sangre fétida han acabado con el mejor de mis pupilos" que fuerte!!!!!! de verdad eres increible gracias por q en la web ultimamente solo se encuentran tonterias...por fin algo interesante para alucinar, jajajajaja y muy creativo claro! ¿que viene luego????
    Jorge Cuba

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  8. como siempre...excelente....los nombres de los personajes y de los lugares son perfectos....LIVA

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  9. Santino, nunca te ví pero te imagino fuerte, varonil, sexy, con razón que Leyla se quedó prendada!!! ay Anita que pasiones que enciendes con tus historias! Brunella E.

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  10. Me gusta mucho la forma de hilar el pasado con el presente , te felicito muy buena historia! Jorge

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  11. Felicidades, interesante historia.

    En el primer cuento: "La canción de Leonor" se menciona a los "Guillion" y en este "Guillon".

    Saludos, de dejes de escribir, de leer.

    Anthony Velarde Arriola.

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