miércoles, 29 de septiembre de 2010

La Huida

Ana Alemán Carmona 



En las montañas…

Anjou miraba la lluvia caer sobre Piro estaba desconsolada, había aparcado su auto en lo alto de la Montaña Azul, desde aquí podía mirar la ciudad y verla tan pequeña, las personas parecían puntos grises y lejanos, nada de guerras, de los Guillon, de los Vlassov, de los príncipes engreídos cuyas vidas tiene que proteger, del recuerdo de Leila, nada solo silencio y paz por eso ese lugar era su favorito. Las flores azules que poblaban la montaña tenían un aspecto frágil pero eran resistentes, eran como ella, tanto tiempo y me sigo sintiendo una extraña no quiero seguir peleando por una causa que ya no es la mía que tal vez nunca lo fue.

Mientras tanto en la casa de Vlassov todos los generales del clan estaban allí, todos Gina, Zarina, Lina, Demetrius, Balthazar, Elizer, Edmund, Tatiana, Sasha, todos menos Anjou. Bernardus no se mostraba inquieto pero le sorprendía ya que ella nunca llegaba tarde.

Anjou miró su reloj y se percató que ya se había pasado la hora de encontrase con el Dr. Vlassov y las chicas, hoy debían discutir las medidas de seguridad de la familia real durante la coronación de Elisa como reina de Piro, francamente a ella eso le importaba muy poco, Leila había muerto unos meses atrás y en el clan todos actuaban como si nada, como si nunca hubieran compartido más que un saludo con ella, la más grande entre todas las Vlassov asesinada y nada ni una venganza. Despejó sus ojos con un poco de agua que llevaba en su cantimplora y puso a andar el auto, manejaba  a toda velocidad no quería ser prudente, ya para qué pensaba, morir estaría bien ya estoy aburrida de todo esto.

-Estimados amigos míos debemos prepararnos para el sábado, la coronación es la oportunidad para los Guillon de atacar y hacer de una fiesta una tragedia, se han reagrupado bien luego del asesinato de su jefe el Dr.Duvall, no sabemos quien tiene el control ahora, pero esta sería la oportunidad perfecta para mostrase en sociedad como un clan fuerte y tal vez más sanguinario que antes –Vlassov miraba los rostros de sus pupilos y hablaba con pasión la misma que usaba cuando los entrenaba, miraba en sus ojos una entrega total, Anjou apareció en el umbral de la puerta con sus rubios cabellos desordenados y los ojos con claras señales de que había estado llorando- bienvenida Angie siéntate al lado de tus hermanos.
-De mis hermanos dices, claro no hay problema solo que no los veo aquí, solo un montón de extraños con bonitas capas y espadas afiladas –en su voz se notaba el sarcasmo que le era tan particular, los demás la miraban atónitos, Lina se levantó de su asiento y fue a darle el encuentro- no te me acerques bruja o es que vienes a clavarme la daga por la espalda.
-¿De qué estás hablando Angie?, ¿es por Leila verdad?, entiende ella decidió su suerte cuando cruzó su camino con el de un Guillon –hace dos meses atrás se habían enterado del romance entre Leila y Santino de los Guillon, algo que era inconcebible, los demás asentían con la cabeza y miraban con reproche a la joven Anjou- ¿cómo puedes ser tan dura con tu propia familia?, nosotros somos lo único que tienes, a mi abuelo le debes estar viva –los gritos de Lina no la conmovieron ni un poco.
-Sabes no me importa bien hubiera hecho en dejarme morir, en todo caso he pagado con creces el favor, mi espada ha saldado mi deuda, ahora yo no le debo nada mi querido Dr. Vlassov, yo ya no pertenezco más a su clan –los ojos de Vlassov reflejaban un temor desconocido, nunca había escuchado esas palabras de ninguno de sus pupilos, nunca- ¿Leila decidió su suerte? Bien puedes tragarte tus palabras querida hermana, pero no es solo el hecho que su muerte no haya sido vengada, nada ni una sola espada se ha levantado para defender su honor, es más que eso, la coronación de Elisa, la bella y para nada interesada en reinar Elisa, ¿no la han visto acaso?, la Princesa está más ocupada en evitar esta coronación, ¿es por ella y su familia por la que arriesgamos el cuello?, ¿por ellos? creo que ya no tengo ganas de seguir haciéndolo.

-No seas tonta ya soltaste toda la rabia, ya dijiste lo que sentías ahora siéntate y cállate, vamos niña, tómate un trago y deja de fastidiarlo todo, por eso no te entiendo Bernardus cuando elijes a las hijas del pueblo para ser tus alumnas, mira estas joyas, una se entrega a  un Guillon y se deja matar y la otra te reta en frente de tus generales, pero ya está –decía de manera relajada Balthazar Vlassov el hermano de Bernardus y otro inmortal.

Anjou dejó la habitación y se subió a su auto no sabía  a donde ir pero tendría que ser muy lejos no tenía ganas de estar con nadie esta noche. Tatiana salió detrás de ella, se ofreció a seguirla, puede ser peligrosa, puede ir donde los franceses, los demás estuvieron de acuerdo y su misión fue seguirla.

La música sonaba a todo volumen en el auto de Anjou, ella cantaba  a toda garganta esas canciones que le estremecían el alma, donde todos pierden, donde no hay esperanzas, de la guantera sacó una botella de vodka y comenzó a beberla, quién se atrevería ahora a meterse conmigo, la gran Anjou y su espada rota, jajajajaja yo soy el gran final en esta historia. Se había dado cuenta de que la seguían por eso manejaba de manera errática quería confundir a su indeseada escolta ¿Quién sería?, poco importa la verdad. Estacionó el auto cerca de la subida a las montañas, apagó el motor del auto y esperó a que se le acerque su perseguidor, no le sorprendió ver que era Tatiana, en realidad estaba esperando que fuera ella siempre dispuesta a ser la mascota preferida del Bernardus, ¿qué te trae por estos parajes hermana mía?
-Deja tu sarcasmo de lado, no te entiendo, hasta hace unos meses eras la más fiera defensora de la causa de clan, la más aguerrida en batalla, sin cuestionar la autoridad o sabiduría del Dr. y ahora mírate ebria y loca, actuando como si ya te importará nada todo lo que hemos construido, el bienestar de este pueblo, de Piro.
-Tal vez me di cuenta que todo es una farsa, el bienestar del pueblo de Piro un comino, es el bienestar de Vlassov o de los Guillon, o de los reyes de esta ciudad, es el dinero que sacan gota a gota a los ciudadanos disfrazándolo con impuestos de guerra, la guerra contra el crimen, ya no puedo seguir, hazme un favor déjame huir, me iré esta misma noche lejos de aquí –su voz era clara y decidida bien parecía que no se había bebido media botella de vodka, miraba  a su interlocutora con calma, sin esperar respuesta encendió el auto.
-Sabes que tendré que matarte –sacó una daga plateada y la acercó al cuello de Anjou.
-Lo sé, pero de todas formas me iré de aquí Tatiana, ¿Qué pensaría Bernardus si se enterase que Duvall te pagó mucho dinero por la cabeza de Leila? –la mano de Tatiana tembló un poco fue casi imperceptible pero no para una asesina entrenada como Anjou- si tiemblas verdad ¿Cómo tembló mi hermana cuando la traicionaste?, ¿Cómo lo sé? Los Guillon son demasiado soplones, basta con zarandearlos un poco, a mi estilo sabes –le guiñaba el ojo derecho y sonreía de medio lado, la daga de Tatiana seguía cerca de su cuello y eso la alentaba más a seguir- si estuve con algunos de los franceses y cantaron como tenores toda la noche, ¡perra!, ella no se merecía esto se iba a escapar, no la culpo, ¿Qué ganaba el clan?, nada.
-Era una traidora, igual que tú, Vlassov me premiará en cuanto se enteré vamos no te tengo miedo.
-Eso no te lo crees ni tu querida, tiemblas, cobarde al menos reconoce lo que hiciste, tienes suerte que no está en mis planes matarte, para qué a estas alturas, ella no volverá del averno, ahora tu bajarás esa daga y caminarás hasta tu auto, volverás donde Vlassov y le dirás que crucé la frontera de Piro, que voy camino de San Anselmo lejos de él –Puso primera y arrancó con más furia que antes, Tatiana se quedó helada, si Bernardus se llegará a enterar de su traición su castigo sería terrible, había hecho matar a una del clan por dinero, ¿por qué lo hizo?, nunca estuvo claro pero Duvall sabía que ella era el punto más débil dentro de la cadena de mando de los rusos.

Tatiana regresó media hora después y le comunicó a Vlassov de la huida de Anjou, él parecía contrariado, si su intención era escapar para qué regresó a la reunión, por qué lo reto de esa forma y salió de manera abrupta dejando dudas sobre lo que podía hacer, se dio cuenta de que Anjou no actuó de manera irracional, quería llamar la atención de él y tal vez de alguna de sus amigas, sabía de antemano que si enviaba a alguien a seguirla sería a Tatiana, era nueva y no tan necesaria en esa reunión donde se discutían asuntos de suma importancia: la coronación de la reina Elisa. Cierra la puerta y siéntate por favor –Tatiana se sentó sin decir nada miraba al suelo, se sentía acorralada.
-Se ha ido entonces, es su decisión todos tomamos decisiones en nuestras vidas, no la culpo, ahora ¿Qué decisión tomarás tu Tatiana? ¿Tienes algo que decirme?
-No Dr. no entiendo la pregunta, que puedo decirle además de que soy su más fiel pupila, la que más desea verlo brillar en el cielo de Piro, yo –Bernardus hizo un ademán con la mano y la hizo callar.
-Puedes irte a dormir, estoy cansado –se notaba irritado, no sabía qué pero se daba cuenta de que estaba siendo engañado, si Anjou al menos le hubiera dicho cual era el problema con Tatiana, ¿por qué hacerlo jugar con acertijos en estos momentos?, sonó el teléfono era Anjou.
-¿Cuál es el problema con Tatiana?
-Vaya y yo que pensé que ya te habías vuelto lento por eso te llamaba para confirmar, si hay algo con ella, ¿no sospechas que puede ser?
-Si pero me da escalofríos pensarlo…Leila es ella verdad solo por ella harías todo este alboroto, por qué no decírmelo de frente y ¡hacerme quedar en ridículo delante de mi propio clan! –su voz era furibunda y entrecortada
-Ya tienes tu respuesta, tu encárgate de tu clan como quieras todo lo que dije esta noche es verdad ya me cansé de ti y de todo esto, además expuse a la bruja traidora de Tatiana, si yo la hubiera acusado no me hubieras creído, pero seguro ya hablaste con ella, y ya te diste cuenta de que oculta algo ¿verdad?, ¿qué hay algo extraño en su forma de actuar?, así es como debía ser. Ahora adiós, y que estés bien y que tengas una buena vida y si no, mejor todavía –colgó sin esperar contestación, Vlassov se quedó pensativo un minuto mientras una sonrisa se dibujaba en sus labios, la había instruido bien, era cierto no había otra forma de decirle tal traición. ¡Oh! Anjou como la extrañaría en las próximas intrigas. Tatiana ya había firmado su sentencia de muerte pero no sería pronto todavía era útil, no te preocupes Angie, Leila será vengada a su tiempo y espero que encuentres la paz que deseas fuera de aquí y que no regreses nunca más o tendría que acabar contigo también.

Fin


1 comentario:

  1. Sigo hilando ideas.....Tatiana es como Judas, que traidora!!! tiene que morir en algun cuento! dime que sí!!!! ¿cuándo publicas otro? Gracias.

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