lunes, 25 de julio de 2022

Pasiones peligrosas

Ricardo Sebastián Jurado Faggioni


Cuando Lissette era pequeña leía a Agatha Christie y a Kerry Greenwood, soñaba en ser una detective como Miss Marple o Phryne Fisher. Al crecer siguió la carrera criminalística y se convirtió en una detective privada como lo había anhelado en su niñez.

Con el tiempo se volvió famosa resolviendo casos importantes. Se encontraba en su oficina al frente de su ordenador redactando los últimos detalles de un crimen que solucionó. Ella se sentía mayor, puesto que se acercaba su cumpleaños número cuarenta y el físico no era el mismo de antes, había aumentado algunos kilos, de hecho ya andar en la caminadora del gimnasio no le agradaba. Poco a poco se fue transformando en alguien sedentario.

Una vez terminada su jornada laboral en su hogar se dedicaba a leer los best sellers de novela negra. Había decidido no casarse, ya que a la larga era un problema y lidiar con niños aún más, por eso prefiere estar sola junto con su perro Krypto.

Un viernes por la noche cogió su Mazda rojo y se dirigió al teatro porque había una obra que sabía que le iba a emocionar. Al llegar se sorprendió, puesto que lo habían remodelado. Las paredes se hallaban pintadas de rosado, las sillas eran de madera y el escenario lucía más amplio.

Iba a ver Hamlet de William Shakespeare. Al finalizar la obra Lissette va a felicitar al director escénico Alfredo Sánchez. Él es más joven que la detective, tiene treinta años, es delgado y alto.

—Me gustó la vestimenta de los personajes, la decoración, Shakespeare se sentiría orgulloso —dijo Lissette.

—Gracias —esbozó una sonrisa Alfredo.

—¿Se tomaría una foto conmigo para subirla a Instagram?

—¡Por supuesto que sí!

Después de tomarse la fotografía ella la subió a su historia. Luego de eso a Alfredo le llegó la notificación. Vio su celular y se quedó impactado.

—¡Tú eres la detective que sale en los medios de comunicación! —mencionó Alfredo.

—Sí, hay casos que parecen más fuertes que la ficción —dijo Lissette.

—Has dicho una gran verdad, me gustaría llevar una adaptación de un caso tuyo.

—¡Me encantaría verlo!

 —¡Así es! Pero antes quisiera que me ayudes, ¿podrías investigar a mi esposa?, creo que me es infiel.

—¿Por qué dudas?

—Ella llega tarde a casa, cuando me escribe ya no es empática, no conversa, estas acciones me hacen sospechar.

—No suelo resolver este tipo de conflictos, pero por ti haré la excepción. Cuéntame cómo es tu esposa.

——Empezaré por su nombre: se llama Valentina, es rubia, delgada, de estatura mediana y es menor que yo por dos años. Trabaja en la cafetería más conocida del centro de la ciudad Sweet & milk. Ella va al trabajo desde las nueve de la mañana hasta las cinco de la tarde. 

Ambos se despidieron con un fuerte apretón de manos. Al salir del teatro se preguntaba: «¿Cómo las personas llegan a herir a quién más aman? Se subió a su carro y prendió la radio para sintonizar algo de música, sonaba la banda Nickelback. La canción era How do you remind me. El rock romántico no era lo suyo, pero lo disfrutaba mientras iba viajando a su hogar. Al llegar Krypto la recibió moviendo fuertemente la cola, ella lo abrazó.

Luego, se dirigió a la cocina para beber un poco de agua e irse a dormir. A la mañana siguiente los rayos del sol pasaban las cortinas de su dormitorio. Hizo un esfuerzo por dormir más y quedarse junto a las sábanas, pero la promesa que pactó con el director del teatro la obligó a levantarse. Se cambió su pijama por una chaqueta negra y un jean de color azul, tomó el desayuno y se marchó al lugar del trabajo de Valentina.

No era cualquier cafetería en la que estaba, esta tenía tiempo en la ciudad. Lo que más le agradaba era que en las paredes había fotos desde el día que se inauguró hasta la actualidad. Se sentó en una mesa del fondo. Alzó la mano para que la mesera pudiera atenderla y cuando esta se dirigió hacia ella pudo notar que el gafete se decía el nombre de Valentina, quien tomó la orden, y en un papel anota el nombre para que supieran que ese era su pedido.

Con mucha amabilidad se dirigió a la cocina para entregar la orden al chef. Después de haber pasado quince minutos, un hombre blanco, elegante y con terno, entra y se sienta cerca de Lissette solo dos mesas más adelante. Valentina desde la cocina lo ve llegar, le dice a un mesero que lleve la orden de Lissette. 

Ella se acercó al hombre elegante y lo saluda alegremente, conversan un rato. La detective saca su celular, para revisar mensajes, pero en realidad le está tomando fotos al hombre misterioso y a Valentina. Cuando la mesera se va de la mesa, después de segundos él, también hace lo mismo.

Dos años atrás Alfredo junto a Jaime su compañero de arte, escribieron un guion del género de terror que llamaron Vidrios rotos. El cine nacional volvió a ser un éxito gracias a ellos. Cuando llegó el día de la premiación, Alfredo se enamora de la modelo que les entregó el trofeo, a él y a su amigo, por mejor guionista y mejor director, respectivamente.

En aquel entonces él se encontraba casado con Valentina, pero hacía lo imposible por ir a verse con la otra mujer. Su esposa sabía que algo pasaba, pero su amor la hacía olvidar cualquier sospecha. El romance oculto que tenía se esfumó y volvió a vivir su vida normal.  Sin embargo, María la modelo quedó destrozada, puesto que la ilusión que pasó la hizo estrellarse con su cruda realidad: era una mujer infeliz y pobre.

Después que el hombre se fue, Lissette pagó la cuenta y se marchó. Recordó una de las lecturas de Sherlock Holmes cuando se encontraba en un misterio fácil de resolver. Él siempre decía que lo más obvio no siempre es lo que parece.

María se encontraba fuera de la casa de su amante. Sabía que la puerta de atrás estaba abierta, por lo que se le hizo sencillo ingresar.

Valentina estaba en la cocina lavando los platos. María tras caminar de puntillas hacia ella sacó una pequeña navaja y apuñaló a Valentina en las costillas. La víctima se fue deslizando con lentitud hasta quedar tendida en el suelo mientras la agresora salía de la casa. Alfredo se encontraba trotando, después de hacer treinta minutos de actividad decide volver a su hogar. Al ver a su esposa desmayada en el piso, llama a emergencia. La ambulancia se dirigió vertiginosamente para rescatar a la víctima, tuvo suerte de llegar a tiempo al hospital. Los doctores le dijeron a Alfredo que sobrevivirá, pero tendrá que estar con cuidado médico.

Él se quedó sentado al lado de la camilla de su esposa, y decidió mandarle un mensaje a través de Instagram a Lissette para que vaya al hospital. Ella llegó lo más rápido que pudo.

—Hay algo que no te he contado y deseo compartirlo —dijo Alfredo.

—¿Seguro es un buen momento? —preguntó Lissette.

—En estas circunstancias sí, dos años atrás yo le fui infiel a mi esposa con una mujer que se llamaba María, ella sabe la dirección de nuestro hogar y que estaba casado, cuando ella quiso algo más serio conmigo, tuve que dejarla.

—¿Pero por qué volver ahora?

—Supongo que no me superó, tal vez ella quería que le compartiera mi fama, viajar, y tener un hogar, en fin, es tarde para arrepentirse, pero es lo que pasó y ahora Valentina está pagando las consecuencias. 

—Esto debiste de compartirme desde el comienzo, es algo esencial.

—Lo sé, no es fácil para mí aceptar esto, perdóname.

—¿Cómo podemos atrapar a María suponiendo que tiene algo que ver en el caso?

—Conozco a alguien que nos puede ayudar a dar ese tipo de información, Homero.

Alfredo le mostró una foto de Homero, blanco, alto, bien vestido. Lissette se acordó del hombre de la cafetería que estaba con Valentina y era el mismo. Él podrá saber dónde está, su trabajo es conocer todo tipo de secretos por esto él es capaz de ayudarnos. Lo contactaron de forma inmediata, los tres estaban reunidos en el hospital.

Homero se puso al tanto con los detalles, supo que María es de piel morena, cuerpo atlético, esbelta y es reconocida en el mundo del modelaje. Sabía que este tipo de personas trabaja en bares, especialmente los de entretenimiento para adultos. Ella estaría en el más lujoso bar de la ciudad donde van todas las chicas de modelaje en el nigth club.  Homero y Lissette fueron al sitio. A la entrada había dos guardias fornidos y con mirada penetrante. La detective sacó su placa para que ellos los dejaran pasar.

—¿Sabes? Yo cargo una pistola en mi bolsillo, en este tipo de trabajo uno no sabe con qué se va a encontrar —dijo Homero.

Tranquilo esperemos no utilizarla —mencionó Lissette.

Siguieron indagando en el bar hasta dar con María, ella estaba conversando con un hombre. Al ver a los dos al frente de ella, decidió escapar, pero Homero la siguió de una forma veloz que pudo atraparla. A María una vez esposada la subieron al carro. En el trayecto a la comisaría a María su alma se quebranta y decide calmar su conciencia narrando los sucesos. El caso pronto estaría resuelto, solo faltaría encontrar la pequeña navaja que usó en el crimen donde ella dijo que la había escondido. Lissette le preguntó a Homero qué hacía en el restaurante conversando con Valentina y él le respondió que ella le había contratado para averiguar si su esposo le era infiel.  Mientras tanto en el hospital, Valentina se encuentra junto a su esposo y ella logra abrir los ojos. Cuando Alfredo se acerca a ver cómo estaba, Valentina toma fuerza para decirle:

—Lo sé todo.  

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